Löydetty 35 Tulokset: entender

  • todas son exactas para el que sabe entender y rectas para los que han hallado la ciencia. (Proverbios 8, 9)

  • Golpea al insolente, y el simple se hará precavido, reprende al inteligente, y sabrá entender. (Proverbios 19, 25)

  • "Ve, me dijo; tú dirás a este pueblo: ‘Escuchen, sí, pero sin entender; miren bien, pero sin comprender’. (Isaías 6, 9)

  • Los espíritus extraviados llegarán a entender y los recalcitrantes aceptarán la enseñanza. (Isaías 29, 24)

  • Ellos no saben ni comprenden, porque tienen tan tapados los ojos y el corazón, que no pueden ver ni entender. (Isaías 44, 18)

  • Más aún, los mismos caldeos los desacreditan: cuando ven a un mudo que no puede hablar, lo presentan a Bel, pidiéndole que recupere el habla, como si el dios fuera capaz de entender; (Baruc 6, 40)

  • Dios concedió a estos cuatro jóvenes ciencia e inteligencia en todo lo referente a la literatura y la sabiduría, y Daniel podía entender visiones y sueños de toda índole. (Daniel 1, 17)

  • En efecto, algunos no se casan, porque nacieron impotentes del seno de su madre; otros, porque fueron castrados por los hombres; y hay otros que decidieron no casarse a causa del Reino de los Cielos. ¡El que pueda entender, que entienda!». (Mateo 19, 12)

  • Que los muertos van a resucitar, Moisés lo ha dado a entender en el pasaje de la zarza, cuando llama al Señor el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob. (Lucas 20, 37)

  • Él respondió: «¿Cómo lo puedo entender, si nadie me lo explica?». Entonces le pidió a Felipe que subiera y se sentara junto a él. (Hechos 8, 31)

  • El hombre puramente natural no valora lo que viene del Espíritu de Dios: es una locura para él y no lo puede entender, porque para juzgarlo necesita del Espíritu. (I Corintios 2, 14)

  • En efecto, nuestras cartas no son ambiguas: no hay en ellas más de lo que ustedes pueden leer y entender. Y espero que comprenderán plenamente (II Corintios 1, 13)


“Onde não há obediência, não há virtude. Onde não há virtude, não há bem, não há amor; e onde não há amor, não há Deus; e sem Deus não se chega ao Paraíso. Tudo isso é como uma escada: se faltar um degrau, caímos”. São Padre Pio de Pietrelcina