Löydetty 268 Tulokset: falsos profetas

  • No me entregues a la furia de mis adversarios, porque se levantan contra mí testigos falsos, hombres que respiran violencia. (Salmos 27, 12)

  • Se presentan contra mí testigos falsos; me piden cuenta de cosas que ignoro; (Salmos 35, 11)

  • Ya no vemos señales ni quedan profetas: no hay nadie entre nosotros que sepa hasta cuándo. (Salmos 74, 9)

  • Se avergüenzan los que sirven a los ídolos, los que se glorían en dioses falsos; todos los dioses se postran ante él. (Salmos 97, 7)

  • "No toquen a mis ungidos ni maltraten a mis profetas". (Salmos 105, 15)

  • Esta fue una gran tribulación para Israel, como no se había visto desde que dejaron de manifestarse los profetas. (I Macabeos 9, 27)

  • En el segundo mes del año ciento cincuenta y tres, Álcimo mandó derribar las murallas de la parte interior del Santuario, destruyendo así la obra de los profetas. Pero al comenzar la demolición, (I Macabeos 9, 54)

  • Los mismos hechos se narraban en los archivos y en las Memorias de Nehemías, donde se relataba, además, cómo este fundó una biblioteca, en la que reunió los libros que tratan de los reyes, los libros de los profetas y los de David, así como también las cartas de los reyes sobre las ofrendas. (II Macabeos 2, 13)

  • También los alentaba, por medio de la Ley y los Profetas, recordándoles los combates que habían sostenido exitosamente, y así reavivó su coraje. (II Macabeos 15, 9)

  • Aunque es una sola, lo puede todo; permaneciendo en sí misma, renueva el universo; de generación en generación, entra en las almas santas, para hacer amigos de Dios y profetas. (Sabiduría 7, 27)

  • sea que se diviertan hasta el delirio o pronuncien falsos vaticinios, sea que vivan en la injusticia o perjuren con toda tranquilidad; (Sabiduría 14, 28)

  • y como ellos ponen su confianza en ídolos sin vida, no esperan ningún daño de sus falsos juramentos. (Sabiduría 14, 29)


“Sejam como pequenas abelhas espirituais, que levam para sua colméia apenas mel e cera. Que, por meio de sua conversa, sua casa seja repleta de docilidade, paz, concórdia, humildade e piedade!” São Padre Pio de Pietrelcina