Löydetty 149 Tulokset: fiesta de la dedicación

  • Salmo. Canto para la Dedicación del Templo. De David. (Salmos 30, 1)

  • Tú convertiste mi lamento en júbilo, me quitaste el luto y me vestiste de fiesta, (Salmos 30, 12)

  • Al recordar el pasado, me dejo llevar por la nostalgia: ¡cómo iba en medio de la multitud y la guiaba hacia la Casa de Dios, entre cantos de alegría y alabanza, en el júbilo de la fiesta! (Salmos 42, 5)

  • Toquen la trompeta al salir la luna nueva, y el día de luna llena, el día de nuestra fiesta. (Salmos 81, 4)

  • Judas y sus hermanos dijeron: "Nuestros enemigos han sido aplastados; subamos a purificar el Santuario y a celebrar su dedicación". (I Macabeos 4, 36)

  • Durante ocho días celebraron la dedicación del altar, ofreciendo con alegría holocaustos y sacrificios de comunión y de acción de gracias. (I Macabeos 4, 56)

  • Judas, de acuerdo con sus hermanos y con toda la asamblea de Israel, determinó que cada año, a su debido tiempo y durante ocho días a contar del veinticinco del mes de Quisleu, se celebrara con júbilo y regocijo el aniversario de la dedicación del altar. (I Macabeos 4, 59)

  • El pueblo se llenó de alegría; todos celebraron ese día como una gran fiesta (I Macabeos 7, 48)

  • Jonatán se revistió de los ornamentos sagrados el séptimo mes del año ciento sesenta, en la fiesta de las Chozas; reclutó tropas y fabricó una gran cantidad de armas. (I Macabeos 10, 21)

  • Todas las fiestas, los sábados, los novilunios y los días fijados para las solemnidades -con los tres días que preceden y siguen a cada fiesta- serán días de inmunidad y exención para todos los judíos residentes en mi reino: (I Macabeos 10, 34)

  • Ahora también les escribimos, para que celebren la fiesta de las Chozas en el mes de Quisleu. (II Macabeos 1, 9)

  • Estando a punto de celebrar -el día veinticinco de Quisleu- la purificación del Templo, nos ha parecido conveniente informarles para que también ustedes celebren la fiesta de las Chozas y la del Fuego, el fuego que apareció cuando Nehemías, después de haber reconstruido el Templo y el altar, ofreció sacrificios. (II Macabeos 1, 18)


“Pense na felicidade que está reservada para nós no Paraíso”. São Padre Pio de Pietrelcina