Löydetty 251 Tulokset: fuerza militar

  • Pero recibirán la fuerza del Espíritu Santo que descenderá sobre ustedes, y serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría, y hasta los confines de la tierra». (Hechos 1, 8)

  • Por haber creído en su Nombre, ese mismo Nombre ha devuelto la fuerza al que ustedes ven y conocen. Esta fe que proviene de él, es la que lo ha curado completamente, como ustedes pueden comprobar. (Hechos 3, 16)

  • Todos, desde el más pequeño al más grande, lo seguían y decían: «Este hombre es la Fuerza de Dios, esa que es llamada Grande». (Hechos 8, 10)

  • por el poder de signos y prodigios y por la fuerza del Espíritu de Dios. Desde Jerusalén y sus alrededores hasta Iliria, he llevado a su pleno cumplimiento la Buena Noticia de Cristo, (Romanos 15, 19)

  • El mensaje de la cruz es una locura para los que se pierden, pero para los que se salvan -para nosotros- es fuerza de Dios. (I Corintios 1, 18)

  • pero fuerza y sabiduría de Dios para los que han sido llamados, tanto judíos como griegos. (I Corintios 1, 24)

  • se siembran cuerpos humillados y resucitarán gloriosos; se siembran cuerpos débiles y resucitarán llenos de fuerza; (I Corintios 15, 43)

  • Porque lo que provoca la muerte es el pecado y lo que da fuerza al pecado es la ley. (I Corintios 15, 56)

  • Que cada uno dé conforme a lo que ha resuelto en su corazón, no de mala gana o por la fuerza, porque Dios ama al que da con alegría. (II Corintios 9, 7)

  • No, las armas de nuestro combate no son carnales, pero, por la fuerza de Dios, son suficientemente poderosas para derribar fortalezas. Por eso destruimos los sofismas (II Corintios 10, 4)

  • Es cierto que él fue crucificado en razón de su debilidad, pero vive por el poder de Dios. Así también, nosotros participamos de su debilidad, pero viviremos con él por la fuerza de Dios, para actuar entre ustedes. (II Corintios 13, 4)

  • Pero ahora, que conocen a Dios -o mejor dicho, que son conocidos por él- ¿cómo es posible que se vuelvan otra vez a esos elementos sin fuerza ni valor, para someterse nuevamente a ellos? (Gálatas 4, 9)


“Apóie-se, como faz Nossa Senhora, à cruz de Jesus e nunca lhe faltará conforto”. São Padre Pio de Pietrelcina