Löydetty 109 Tulokset: hermana
¡Me has robado el corazón hermana mía, novia mía! ¡Me has robado el corazón con una sola de tus miradas, con una sola vuelta de tus collares! (Cantar 4, 9)
¡Qué hermosos son tus amores, hermana mía, novia mía! Tus amores son más deliciosos que el vino, y el aroma de tus perfumes, mejor que todos los ungüentos. (Cantar 4, 10)
Eres un jardín cerrado hermana mía, novia mía; eres un jardín cerrado, una fuente sellada. (Cantar 4, 12)
Yo entré en mi jardín, hermana mía, novia mía; recogí mi mirra y mi bálsamo, comí mi miel y mi panal, bebí mi vino y mi leche. ¡Coman, amigos míos, beban, y embriáguense de amor! (Cantar 5, 1)
La Amada: Yo duermo, pero mi corazón vela: oigo a mi amado que golpea. "¡Ábreme, hermana mía, mi amada, paloma mía, mi preciosa! Porque mi cabeza está empapada por el rocío y mi cabellera por la humedad de la noche". (Cantar 5, 2)
Tenemos una hermana pequeña, aún no le han crecido los pechos. ¿Qué haremos con nuestra hermana, cuando vengan a pedirla? (Cantar 8, 8)
Si fuera una muralla, le pondríamos almenas de plata; si fuera una puerta, la reforzaríamos con tablas de cedro. La hermana menor (Cantar 8, 9)
Yo pensaba: Después de hacer todo esto, ella volverá otra vez a mí. ¡Pero no ha vuelto! Su hermana, la traidora Judá, ha visto esto: (Jeremías 3, 7)
ella vio que, por todos los adulterios que había cometido la apóstata Israel, yo la había repudiado y le había dado el acta de divorcio. Pero la traidora Judá, su hermana, no sintió ningún temor, sino que fue y también ella se prostituyó. (Jeremías 3, 8)
A pesar de todo esto, su hermana, la traidora Judá, no volvió a mí de todo corazón, sino sólo engañosamente -oráculo del Señor-. (Jeremías 3, 10)
Por eso, así habla el Señor acerca de Joaquím, hijo de Josías, rey de Judá: ¡Pobre de ese hombre! Nadie se lamentará por él: "¡Ay, hermano mío! ¡Ay, hermana mía!". Nadie se lamentará por él: "¡Ay, señor! ¡Ay, su Majestad!". (Jeremías 22, 18)
Sí, tú eres la hija de tu madre, que sentía asco de su marido y de sus hijos; eres la hermana de tus hermanas, que sentían asco de sus maridos y de sus hijos: la madre de ustedes era una hitita y su padre un amorreo. (Ezequiel 16, 45)