Löydetty 1501 Tulokset: hijos de Noé

  • Padres, no irriten a sus hijos; al contrario, edúquenlos, corrigiéndolos y aconsejándolos, según el espíritu del Señor. (Efesios 6, 4)

  • así serán irreprochables y puros, hijos de Dios sin mancha, en medio de una generación extraviada y pervertida, dentro de la cual ustedes brillan como haces de luz en el mundo, (Filipenses 2, 15)

  • Hijos, obedezcan siempre a sus padres, porque esto es agradable al Señor. (Colosenses 3, 20)

  • Padres, no exasperen a sus hijos, para que ellos no se desanimen. (Colosenses 3, 21)

  • si bien, como Apóstoles de Cristo, teníamos el derecho de hacernos valer. Al contrario, fuimos tan condescendientes con ustedes, como una madre que alimenta y cuida a sus hijos. (I Tesalonicenses 2, 7)

  • Y como recordarán, los hemos exhortado y animado a cada uno personalmente, como un padre a sus hijos, (I Tesalonicenses 2, 11)

  • todos ustedes son hijos de la luz, hijos del día. Nosotros no pertenecemos a la noche ni a las tinieblas. (I Tesalonicenses 5, 5)

  • Que sepa gobernar su propia casa y mantener a sus hijos en la obediencia con toda dignidad. (I Timoteo 3, 4)

  • Los diáconos deberán ser hombres casados una sola vez, que gobiernen bien a sus hijos y su propia casa. (I Timoteo 3, 12)

  • Pero si alguna viuda tiene hijos o nietos, estos deben aprender primero a cumplir con sus deberes familiares y a ser agradecidos con sus padres, porque eso es lo que agrada a Dios. (I Timoteo 5, 4)

  • Que sus buenas obras den testimonio de ella; tiene que haber educado a sus hijos, ejercitado la hospitalidad, haber lavado los pies a los hermanos, socorrido a los necesitados y practicado el bien en todas sus formas. (I Timoteo 5, 10)

  • Por eso quiero que las viudas jóvenes se casen, que tengan hijos y atiendan a sus obligaciones domésticas, para no dar lugar a la maledicencia de los enemigos. (I Timoteo 5, 14)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina