Löydetty 732 Tulokset: maná del cielo
Aarón puso en el recipiente la cantidad de maná que el Señor había ordenado a Moisés, y lo depositó delante del Arca del Testimonio, a fin de que se conservara. (Exodo 16, 34)
Los israelitas comieron el maná durante cuarenta años, hasta que llegaron a una región habitada. Así se alimentaron hasta su llegada a los límites de Canaán. (Exodo 16, 35)
El Señor dijo a Moisés: "Escribe esto en un documento como memorial y grábalo en los oídos de Josué: ‘Yo borraré debajo del cielo el recuerdo de Amalec’". (Exodo 17, 14)
No te harás ninguna escultura y ninguna imagen de lo que hay arriba, en el cielo, o abajo, en la tierra, o debajo de la tierra, en las aguas. (Exodo 20, 4)
Porque en seis días el Señor hizo el cielo, la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, pero el séptimo día descansó. Por eso el Señor bendijo el día sábado y lo declaró santo. (Exodo 20, 11)
El Señor dijo a Moisés: Di a los israelitas: Ustedes han visto que yo les hablé desde el cielo. (Exodo 20, 22)
y ellos vieron al Dios de Israel. A sus pies había algo así como una plataforma de lapislázuli, resplandeciente como el mismo cielo. (Exodo 24, 10)
Él será un signo perdurable entre yo y los israelitas, porque en seis días el Señor hizo el cielo y la tierra, pero el séptimo día descansó y retomó aliento. (Exodo 31, 17)
Acuérdate de Abraham, de Isaac y de Jacob, tus servidores, a quienes juraste por ti mismo diciendo: ‘Yo multiplicaré su descendencia como las estrellas del cielo, y les daré toda esta tierra de la que hablé, para que la tengan siempre como herencia’". (Exodo 32, 13)
para que puedas entrar en la tierra que mana leche y miel. Pero yo no subiré en medio de ti, porque tú eres un pueblo obstinado, y tendría que exterminarte en el camino". (Exodo 33, 3)
y les aseguré a ustedes que poseerían su suelo, esa tierra que mana leche y miel, la tierra que yo les daré en posesión. Yo soy el Señor, su Dios, que los separé de los otros pueblos. (Levítico 20, 24)
Humillaré esa enorme soberbia, haciendo que el cielo sea para ustedes como hierro y la tierra como bronce. (Levítico 26, 19)