Löydetty 40 Tulokset: mensajero divino

  • El jinete partió al encuentro de Jehú y dijo: "Así habla el rey: ¿Va todo bien?". Jehú replicó: "¿Qué te importa a ti si todo va bien? Colócate ahí detrás". El centinela, mientras tanto, avisó: "El mensajero los alcanzó, pero no regresa". (II Reyes 9, 18)

  • Un mensajero fue entonces a informar a Jehú: "Han traído las cabezas de los hijos del rey". Él ordenó: "Expónganlas en dos montones a la entrada de la Puerta, hasta la mañana". (II Reyes 10, 8)

  • El mensajero que había ido a llamar a Miqueas le dijo: "Mira que las palabras de los profetas anuncian a una sola voz buena fortuna para el rey. Habla tú también como uno de ellos, y anuncia la victoria". (II Crónicas 18, 12)

  • llegó un mensajero y dijo a Job: "Los bueyes estaban arando y las asnas pastaban cerca de ellos, (Job 1, 14)

  • ¿Has tenido acceso al consejo divino y has acaparado la sabiduría? (Job 15, 8)

  • Sólo entonces, en aquel estado de postración, comenzó a ceder en su desmedida soberbia y a entrar en razón, por los dolores que se hacían cada vez más intensos a causa del castigo divino. (II Macabeos 9, 11)

  • El furor del rey es mensajero de muerte, pero un hombre sabio lo aplaca. (Proverbios 16, 14)

  • El malvado sólo busca la rebelión, pero le será enviado un mensajero cruel. (Proverbios 17, 11)

  • No dejes que tu boca te haga pecar, y no digas delante del mensajero de Dios: "Ha sido por inadvertencia". ¿Por qué Dios tendrá que irritarse contra tu palabra y arruinar la obra de tus manos? (Eclesiastés 5, 5)

  • las llamas, por el contrario, no consumían la carne de los seres corruptibles que pasaban por ellas, ni tampoco derretían aquel alimento divino, parecido a la escarcha y tan fácil de disolverse. (Sabiduría 19, 21)

  • Un hombre inteligente confía en la Ley y le tiene tanta fe como a un oráculo divino. (Eclesiástico 33, 3)

  • Gracias a él, su mensajero llega a buen puerto, y por su palabra se ordenan todas las cosas. (Eclesiástico 43, 26)


“Padre Pio disse a um filho espiritual: Trabalhe! Ele perguntou: No que devo trabalhar, Padre? Ele respondeu: Em amar sempre mais a Jesus!” São Padre Pio de Pietrelcina