Löydetty 94 Tulokset: miedo

  • "Oí tus pasos por el jardín, respondió él, y tuve miedo porque estaba desnudo. Por eso me escondí". (Génesis 3, 10)

  • Ella tuvo miedo, y trató de engañarlo, diciendo: "No, no me he reído". Pero él le respondió: "Sí, te has reído". (Génesis 18, 15)

  • Lot salió de Soar y subió a la montaña, donde se radicó con sus dos hijas, porque tuvo miedo de quedarse en Soar. Allí se instaló con ellas en una caverna. (Génesis 19, 30)

  • la gente del lugar le hacía preguntas acerca de su mujer. Pero él respondía: "Es mi hermana". Tenía miedo de confesar que era su esposa, porque pensaba: "Esta gente es capaz de matarme a causa de Rebeca, que es muy hermosa". (Génesis 26, 7)

  • Te ruego que me libres de la amenaza de mi hermano Esaú, porque tengo miedo de que él venga y nos destruya, sin perdonar a nadie. (Génesis 32, 12)

  • Dios continuó: "Yo soy Dios, el Dios de tu padre. No tengas miedo de bajar a Egipto, porque allí haré de ti una gran nación. (Génesis 46, 3)

  • Pero José les respondió: "No tengan miedo. ¿Acaso yo puedo hacer las veces de Dios? (Génesis 50, 19)

  • Luego siguió diciendo: "Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob". Moisés se cubrió el rostro porque tuvo miedo de ver a Dios. (Exodo 3, 6)

  • Al verlo, Aarón y todos los israelitas advirtieron que su rostro resplandecía, y tuvieron miedo de acercarse a él. (Exodo 34, 30)

  • Pero no se rebelen contra el Señor, ni le tengan miedo a la gente del país, porque los venceremos fácilmente. Su sombra protectora se ha apartado de ellos; con nosotros, en cambio, está el Señor. ¡No les tengan miedo!". (Números 14, 9)

  • Entonces el Señor dijo a Moisés: "No le tengas miedo, porque yo lo puse en tus manos con todo su pueblo y todo su territorio. Harás con él lo mismo que hiciste con Sijón, el rey de los amorreos que habitaba en Jesbón". (Números 21, 34)

  • Entonces yo les dije: "No se acobarden ni les tengan miedo. (Deuteronomio 1, 29)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina