Löydetty 188 Tulokset: morir
Cuando estaba a punto de morir, llamó a su hijo José y le dijo: "Si realmente me tienes afecto, coloca tu mano debajo de mi muslo, como prueba de tu constante lealtad hacia mí, y no me entierres en Egipto. (Génesis 47, 29)
Finalmente, Israel dijo a José: "Yo estoy a punto de morir, pero Dios estará con ustedes y los hará volver a la tierra de sus padres. (Génesis 48, 21)
Por eso le enviaron este mensaje: "Antes de morir, tu padre dejó esta orden: (Génesis 50, 16)
Finalmente, José dijo a sus hermanos: "Yo estoy a punto de morir, pero Dios los visitará y los llevará de este país a la tierra que prometió con un juramento a Abraham, a Isaac y a Jacob". (Génesis 50, 24)
Como el Faraón se había obstinado en no dejarnos partir, el Señor hizo morir a todos los primogénitos de Egipto, hombres y animales. Por eso yo inmolo al Señor todos los primogénitos machos de mi ganado, y rescato a mi hijo primogénito". (Exodo 13, 15)
Y dijeron a Moisés: "¿No había tumbas en Egipto para que nos trajeras a morir en el desierto? ¿Qué favor nos has hecho sacándonos de allí? (Exodo 14, 11)
Ya te lo decíamos cuando estábamos en Egipto: ‘¡Déjanos tranquilos! Queremos servir a los egipcios, porque más vale estar al servicio de ellos que morir en el desierto’". (Exodo 14, 12)
"Ojalá el Señor nos hubiera hecho morir en Egipto, les decían, cuando nos sentábamos delante de las ollas de carne y comíamos pan hasta saciarnos. Porque ustedes nos han traído a este desierto para matar de hambre a toda esta asamblea". (Exodo 16, 3)
Pero el pueblo, torturado por la sed, protestó contra Moisés diciendo: "¿Para qué nos hiciste salir de Egipto? ¿Sólo para hacernos morir de sed, junto con nuestros hijos y nuestro ganado?". (Exodo 17, 3)
Permanecerás alejado de las causas falsas, y no harás morir al inocente y al que está en su derecho, porque yo no absolveré al culpable. (Exodo 23, 7)
Se lavarán cuando entren en la Carpa del Encuentro, para no morir. Y harán lo mismo antes de acercarse al altar a presentar la ofrenda que se quema para el Señor. (Exodo 30, 20)
Se lavarán las manos y los pies, para no morir. Este es un decreto irrevocable para Aarón y sus descendientes, a través de las generaciones. (Exodo 30, 21)