Löydetty 603 Tulokset: mujer

  • El Señor me dijo: "Ve una vez más, y ama a una mujer amada por otro y adúltera, como ama el Señor a los israelitas, mientras ellos se vuelven a otros dioses y aman las tortas de uvas". (Oseas 3, 1)

  • Jacob huyó a los campos de Arám. Israel sirvió por una mujer y por una mujer, cuidó los rebaños. (Oseas 12, 13)

  • Por eso, dice el Señor: ‘Tu mujer se prostituirá en plena ciudad, tus hijos y tus hijas caerán bajo la espada; tu suelo será repartido con la cuerda, tú mismo morirás en tierra impura e Israel irá al cautiverio lejos de su país’". (Amós 7, 17)

  • Entonces se levantó un disco de plomo, y vi una mujer instalada en el interior del recipiente. (Zacarías 5, 7)

  • Y ustedes dicen: "¿Por qué?". Porque el Señor ha sido testigo entre ti y la esposa de tu juventud, a la que tú traicionaste, aunque ella era tu compañera y la mujer de tu alianza. (Malaquías 2, 14)

  • ¿No ha hecho él un solo ser, que tiene carne y espíritu? ¿Y qué busca este único ser? Una descendencia dada por Dios. Tengan cuidado, entonces, de su espíritu y que nadie traicione a la mujer de su juventud. (Malaquías 2, 15)

  • Jesé, padre del rey David. David fue padre de Salomón, y la madre de este fue la que había sido mujer de Urías. (Mateo 1, 6)

  • Pero yo les digo: El que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón. (Mateo 5, 28)

  • También se dijo: El que se divorcia de su mujer, debe darle una declaración de divorcio. (Mateo 5, 31)

  • Pero yo les digo: El que se divorcia de su mujer, excepto en caso de unión ilegal, la expone a cometer adulterio; y el que se casa con una mujer abandonada por su marido, comete adulterio. (Mateo 5, 32)

  • Entonces se le acercó por detrás una mujer que padecía de hemorragias desde hacía doce años, y le tocó los flecos de su manto, (Mateo 9, 20)

  • Jesús se dio vuelta, y al verla, le dijo: «Ten confianza, hija, tu fe te ha salvado». Y desde ese instante la mujer quedó curada. (Mateo 9, 22)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.” São Padre Pio de Pietrelcina