Löydetty 20 Tulokset: obediencia

  • Haré esto en premio a la obediencia de Abraham, que observó mis órdenes y mis mandamientos, mis preceptos y mis instrucciones". (Génesis 26, 5)

  • El cetro no se apartará de Judá ni el bastón de mando de entre sus piernas, hasta que llegue aquel a quien le pertenece y a quien los pueblos deben obediencia. (Génesis 49, 10)

  • y le comunicarás una parte de tu autoridad, a fin de que toda la comunidad de los israelitas le preste obediencia. (Números 27, 20)

  • Samuel respondió: "¿Quiere el Señor holocaustos y sacrificios o quiere que se obedezca su voz? La obediencia vale más que el sacrificio; la docilidad, más que la grasa de carneros. (I Samuel 15, 22)

  • Gente extranjera me rinde pleitesía; apenas me oyen nombrar, me prestan obediencia. (II Samuel 22, 45)

  • Gente extranjera me rinde pleitesía; apenas me oyen nombrar, me prestan obediencia. (Salmos 18, 45)

  • Si tienes hijos, edúcalos y exígeles obediencia desde su niñez. (Eclesiástico 7, 23)

  • Por él hemos recibido la gracia y la misión apostólica, a fin de conducir a la obediencia de la fe, para gloria de su Nombre, a todos los pueblos paganos, (Romanos 1, 5)

  • Y de la misma manera que por la desobediencia de un solo hombre, todos se convirtieron en pecadores, también por la obediencia de uno solo, todos se convertirán en justos. (Romanos 5, 19)

  • ¿No saben que al someterse a alguien como esclavos para obedecerle, se hacen esclavos de aquel a quien obedecen, sea del pecado, que conduce a la muerte, sea de la obediencia que conduce a la justicia? (Romanos 6, 16)

  • Porque no me atrevería a hablar sino de aquello que hizo Cristo por mi intermedio, para conducir a los paganos a la obediencia, mediante la palabra y la acción, (Romanos 15, 18)

  • En todas partes se conoce la obediencia de ustedes, y esto me alegra; pero quiero que sean hábiles para el bien y sencillos para el mal. (Romanos 16, 19)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina