Löydetty 378 Tulokset: oráculo
Sí, esta es la piedra que pongo delante de Josué: sobre esta única piedra hay siete ojos. Yo mismo voy a grabar su inscripción -oráculo del Señor de los ejércitos- y voy a eliminar la iniquidad de este país en un solo día. (Zacarías 3, 9)
Aquel día -oráculo del Señor de los ejércitos- ustedes se invitarán unos a otros debajo de la parra y de la higuera. (Zacarías 3, 10)
Yo la desencadenaré -oráculo del Señor de los ejércitos-: ella entrará en la casa del ladrón y en la casa del que jura falsamente por mi Nombre; se instalará en medio de su casa, y la consumirá junto con sus maderas y sus piedras". (Zacarías 5, 4)
Si esto parece imposible a los ojos del resto de este pueblo, ¿será también imposible para mí? -oráculo del Señor de los ejércitos-. (Zacarías 8, 6)
Pero ahora, yo no trataré al resto de este pueblo como en los tiempos pasados -oráculo del Señor de los ejércitos-. (Zacarías 8, 11)
no piensen en hacerse mal unos a otros y no amen el falso juramento. Porque yo aborrezco todo eso -oráculo del Señor-. (Zacarías 8, 17)
Oráculo. La palabra del Señor llegó al país de Jadrac, y en Damasco está su reposo; porque al Señor pertenece la fuente de Arám, como todas las tribus de Israel, (Zacarías 9, 1)
Yo los fortaleceré en el Señor, y ellos avanzarán en su Nombre -oráculo del Señor-. (Zacarías 10, 12)
No, ya no tendré compasión de los habitantes del país -oráculo del Señor- y entregaré a cada uno en manos de su vecino y en manos de su rey; ellos aplastarán el país, y yo no los libraré de sus manos. (Zacarías 11, 6)
Vaticinio. Palabra del Señor sobre Israel. Oráculo del Señor que desplegó los cielos, cimentó la tierra y formó el espíritu del hombre en su interior. (Zacarías 12, 1)
Aquel día -oráculo del Señor- yo aturdiré a todos los caballos y enloqueceré a sus jinetes; abriré mis ojos sobre la casa de Judá y encegueceré a todos los pueblos. (Zacarías 12, 4)
Aquel día -oráculo del Señor de los ejércitos- yo extirparé del país el nombre de los ídolos y no se los volverá a mencionar; de la misma manera, expulsaré de esta tierra a los profetas y el espíritu de impureza. (Zacarías 13, 2)