Löydetty 90 Tulokset: pequeño cuerno

  • llevándose cautivas a las mujeres y también a todos los que había allí, del más pequeño al más grande. Pero no habían matado a nadie, sino que se los habían llevado a todos, prosiguiendo luego su camino. (I Samuel 30, 2)

  • No les faltó nadie, ni grande ni pequeño, ni hijos ni hijas, ni nada del botín y de todo lo que les habían quitado los amalecitas: David lo recuperó todo. (I Samuel 30, 19)

  • Luego Joab hizo sonar el cuerno, y todo el ejército se detuvo: ya no persiguieron más a Israel y desistieron del combate. (II Samuel 2, 28)

  • El tenía un hijo pequeño, llamado Micá. Todos los que vivían en la casa de Sibá estaban al servicio de Meribaal, (II Samuel 9, 12)

  • Joab hizo sonar el cuerno y la tropa dejó de perseguir a Israel, porque Joab la retuvo. (II Samuel 18, 16)

  • El sacerdote tomó de la Carpa el cuerno de aceite y ungió a Salomón. Entonces sonó la trompeta y todo el pueblo exclamó: ¡Viva el rey Salomón! (I Reyes 1, 39)

  • Entonces ella dijo: "Tengo que hacerte un pequeño pedido; no me lo niegues". El rey respondió: "Pide, madre mía, porque no te lo voy a negar". (I Reyes 2, 20)

  • Aquel día, el rey consagró el centro del atrio que está delante de la Casa del Señor, ofreciendo allí el holocausto, la oblación y la grasa de los sacrificios de comunión, porque el altar de bronce que está delante del Señor resultaba demasiado pequeño para contener los holocaustos, las oblaciones y la grasa de los sacrificios de comunión. (I Reyes 8, 64)

  • El rey de Arám, por su parte, había dado esta orden a los treinta y dos comandantes de sus carros de guerra: "No ataquen a nadie, ni pequeño ni grande, sino sólo al rey de Israel". (I Reyes 22, 31)

  • Luego subió a la Casa del Señor, acompañado de todos los hombres de Judá y de todos los habitantes de Jerusalén -los sacerdotes, los profetas y todo el pueblo, desde el más pequeño al más grande- y les leyó todas las palabras del libro de la Alianza, que había sido hallado en la Casa del Señor. (II Reyes 23, 2)

  • Entonces todo el pueblo, desde el más pequeño hasta el más grande, y los jefes de las tropas, partieron y se fueron a Egipto, por miedo a los caldeos. (II Reyes 25, 26)

  • Cuando formaban un grupo muy pequeño y eran extranjeros en aquellas regiones; (I Crónicas 16, 19)


“Para mim, Deus está sempre fixo na minha mente e estampado no meu coração.” São Padre Pio de Pietrelcina