Löydetty 194 Tulokset: piedras preciosas

  • Pero tú has sido arrojado lejos de tu sepulcro como un aborto abominable, como un cadáver pisoteado. Los que han sido masacrados, traspasados por la espada, son depositados sobre las piedras de la fosa. (Isaías 14, 19)

  • Así será expiada la iniquidad de Jacob, y este será el fruto de la remisión de su pecado: ¡él tratará todas las piedras de altar como piedra caliza que se tritura, los postes sagrados y los altares de incienso no quedarán en pie! (Isaías 27, 9)

  • ¡Oprimida, atormentada, sin consuelo! ¡Mira! Por piedras, te pondré turquesas y por cimientos, zafiros; (Isaías 54, 11)

  • haré tus almenas de rubíes, tus puertas de cristal y todo tu contorno de piedras preciosas. (Isaías 54, 12)

  • Las piedras lisas del torrente son tu parte: ¡sí, ellas te han tocado en suerte! En su honor has derramado libaciones, has presentado ofrendas, y yo ¿me dejaré aplacar con esas cosas? (Isaías 57, 6)

  • ¡Pasen, pasen por las puertas, preparen el camino del pueblo, terraplenen el sendero, límpienlo de piedras, levanten un estandarte ante los pueblos! (Isaías 62, 10)

  • Toma en tus manos unas piedras grandes, y húndelas, a la vista de algunos judíos, en el cemento del piso de ladrillos que está a la entrada de la casa del Faraón, en Tafnis. (Jeremías 43, 9)

  • Luego les dirás: Así habla el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: Miren que yo mando traer a Nabucodonosor, rey de Babilonia, mi servidor: él instalará su trono encima de estas piedras que yo he hundido, y extenderá sobre ellas su baldaquino. (Jeremías 43, 10)

  • Cercó mis caminos con piedras talladas, entorpeció mis senderos. (Lamentaciones 3, 9)

  • Ahogaron mi vida en un pozo y arrojaron piedras sobre mí. (Lamentaciones 3, 53)

  • ¡Cómo se ha oscurecido el oro, se ha empañado el oro más puro! Las piedras sagradas están tiradas en todas las esquinas. (Lamentaciones 4, 1)

  • Estos pedazos de madera, recubiertos de oro y plata, son como piedras extraídas de la montaña, y sus servidores quedarán avergonzados. (Baruc 6, 38)


Por que a tentação passada deixa na alma uma certa perturbação? perguntou um penitente a Padre Pio. Ele respondeu: “Você já presenciou um tremor de terra? Quando tudo estremece a sua volta, você também é sacudido; no entanto, não necessariamente fica enterrado nos destroços!” São Padre Pio de Pietrelcina