Löydetty 222 Tulokset: pieles de animales

  • Todavía recordaban lo que había sucedido en su destierro: cómo los mosquitos, en lugar de reproducirse naturalmente, fueron producidos por la tierra, y cómo las ranas, en lugar de nacer de otros animales acuáticos, fueron vomitadas por el Río en gran cantidad. (Sabiduría 19, 10)

  • La abeja es pequeña entre los animales que vuelan, pero lo que produce es más dulce que todo. (Eclesiástico 11, 3)

  • ¿Quién compadece al encantador mordido por la serpiente o al domador de animales salvajes? (Eclesiástico 12, 13)

  • allí hay cosas extrañas y maravillosas, animales de todas clases y monstruos marinos. (Eclesiástico 43, 25)

  • ¿Qué me importa la multitud de sus sacrificios? -dice el Señor-. Estoy harto de holocaustos de carneros y de la grasa de animales cebados; no quiero más sangre de toros, corderos y chivos. (Isaías 1, 11)

  • El Líbano no bastaría para encender fogatas, sus animales no bastarían para los holocaustos. (Isaías 40, 16)

  • ¡Bel se doblega, Nebo se desploma! Sus estatuas han sido puestas sobre bestias y animales de carga; los ídolos que ustedes llevaban en andas son una carga para el animal agotado. (Isaías 46, 1)

  • Los que se santifican y se purifican para entrar en los jardines, detrás de uno que va en el medio; los que comen carne de cerdo, animales inmundos y ratas, serán aniquilados todos juntos -oráculo del Señor- con sus obras y sus pensamientos. (Isaías 66, 17)

  • Por eso, así habla el Señor: Miren que mi ira y mi furor se van a derramar sobre este lugar, sobre los hombres y los animales, sobre los árboles de los campos y los frutos del suelo: ¡arderá mi furor y no se extinguirá! (Jeremías 7, 20)

  • Ellos morirán de una muerte horrible y no serán llorados ni sepultados: se convertirán en estiércol sobre la superficie del suelo; serán exterminados por la espada y el hambre, y sus cadáveres serán pasto de las aves del cielo y de los animales de la tierra. (Jeremías 16, 4)

  • Yo frustraré en este lugar el designio de Judá y de Jerusalén; los haré caer delante de sus enemigos por la espada y por la mano de aquellos que atentan contra su vida, y entregaré sus cadáveres como pasto a las aves del cielo y a los animales de la tierra. (Jeremías 19, 7)

  • Heriré a los habitantes de esta ciudad, hombres y animales, y ellos morirán de una gran peste. (Jeremías 21, 6)


“Que o Espírito Santo guie a sua inteligência, faça-o descobrir a verdade escondida na Sagrada Escritura e inflame a sua vontade para praticá-la.” São Padre Pio de Pietrelcina