Löydetty 253 Tulokset: trabajo en bronce

  • Él les respondió: «Mi Padre trabaja siempre, y yo también trabajo». (Juan 5, 17)

  • Un orfebre llamado Demetrio fabricaba reproducciones en plata del templo de Diana, proporcionando así abundante trabajo a los artesanos. (Hechos 19, 24)

  • Pero como ya he terminado mi trabajo en esas regiones y desde hace varios años tengo un gran deseo de visitarlos, (Romanos 15, 23)

  • No hay ninguna diferencia entre el que planta y el que riega; sin embargo, cada uno recibirá su salario de acuerdo con el trabajo que haya realizado. (I Corintios 3, 8)

  • Así podremos llevar la Buena Noticia a regiones más alejadas todavía, sin entrar en campo ajeno ni gloriarnos en el trabajo de otros. (II Corintios 10, 16)

  • Y es justo que tenga estos sentimientos hacia todos ustedes, porque los llevo en mi corazón, ya que ustedes, sea cuando estoy prisionero, sea cuando trabajo en la defensa y en la confirmación del Evangelio, participan de la gracia que he recibido. (Filipenses 1, 7)

  • Cualquiera sea el trabajo de ustedes, háganlo de todo corazón, teniendo en cuenta que es para el Señor y no para los hombres. (Colosenses 3, 23)

  • Recuerden, hermanos, nuestro trabajo y nuestra fatiga cuando les predicamos la Buena Noticia de Dios, trabajábamos día y noche para no serles una carga. (I Tesalonicenses 2, 9)

  • Por eso, no pudiendo soportar más, les envié a Timoteo para que me informara acerca de la fe de ustedes, temiendo que el Tentador los hubiera puesto a prueba y todo nuestro trabajo hubiera resultado estéril. (I Tesalonicenses 3, 5)

  • sus pies, bronce fundidoen el crisol; y su voz era como el estruendo de grandes cataratas. (Apocalipsis 1, 15)

  • Escribe al Ángel de la Iglesia de Tiatira: «El Hijo de Dios, el que tiene los ojos como llamas de fuego y los pies semejantes al bronce fundido, afirma: (Apocalipsis 2, 18)

  • Y el resto de los hombres que no habían sido dañados por las plagas, no se arrepintieron de sus obras ni dejaron de adorar a los demonios y a los ídolos de oro, de plata, de bronce, de piedra y de madera, que son incapaces de ver, de oír y de caminar. (Apocalipsis 9, 20)


“A ingenuidade e’ uma virtude, mas apenas ate certo ponto; ela deve sempre ser acompanhada da prudência. A astúcia e a safadeza, por outro lado, são diabólicas e podem causar muito mal.” São Padre Pio de Pietrelcina