Löydetty 30 Tulokset: venganza

  • Él se puso la justicia por coraza y sobre su cabeza, el casco de la salvación; se vistió con la ropa de la venganza y se envolvió con el manto del celo. (Isaías 59, 17)

  • a proclamar un año de gracia del Señor, un día de venganza para nuestro Dios; a consolar a todos los que están de duelo, (Isaías 61, 2)

  • Porque tenía previsto un día de venganza y había llegado mi año de redención. (Isaías 63, 4)

  • Señor de los ejércitos, que juzgas con justicia, que sondeas las entrañas y los corazones, ¡que yo vea tu venganza contra ellos, porque a ti he confiado mi causa! (Jeremías 11, 20)

  • Oía los rumores de la gente: "¡Terror por todas partes! ¡Denúncienlo! ¡Sí, lo denunciaremos!". Hasta mis amigos más íntimos acechaban mi caída: "Tal vez se lo pueda seducir; prevaleceremos sobre él y nos tomaremos nuestra venganza". (Jeremías 20, 10)

  • Señor de los ejércitos, que examinas al justo, que ves las entrañas y el corazón, ¡que yo vea tu venganza sobre ellos!, porque a ti he encomendado mi causa. (Jeremías 20, 12)

  • Pero ese día es para el Señor de los ejércitos un día de venganza para vengarse de sus adversarios. La espada devora y se sacia, se abreva de su sangre. Porque el Señor de los ejércitos tiene un sacrificio en el país del Norte, junto al río Éufrates. (Jeremías 46, 10)

  • ¡Lancen alaridos a su alrededor! Ella se rinde, caen sus bastiones, se derrumban sus murallas. ¡Esta es la venganza del Señor! ¡Vénguense de ella, háganle lo mismo que ella hizo! (Jeremías 50, 15)

  • ¡Oigan! Fugitivos y prófugos de Babel vienen a anunciar en Sión la venganza del Señor, nuestro Dios, la venganza de su Templo. (Jeremías 50, 28)

  • ¡Huyan de en medio de Babilonia y sálvese quien pueda! ¡No perezcan por culpa de ella! Porque este es para el Señor el tiempo de la venganza: él le dará su merecido. (Jeremías 51, 6)

  • ¡Afilen las flechas, provéanse de escudos! El Señor despertó el espíritu del rey de los Medos, porque tiene pensado destruirla. ¡Sí, esta es la venganza de nuestro Dios, la venganza de su Templo! (Jeremías 51, 11)

  • Por eso, así habla el Señor: Yo voy a defender tu causa y a encargarme de tu venganza; yo secaré su mar y agotaré su manantial. (Jeremías 51, 36)


“Que Nossa Senhora aumente a graça em você e a faça digna do Paraíso”. São Padre Pio de Pietrelcina