Löydetty 31 Tulokset: vienen

  • Bienes y males, vida y muerte, pobreza y riqueza vienen del Señor. (Eclesiástico 11, 14)

  • Cuando ustedes vienen a ver mi rostro, ¿quién les ha pedido que pisen mis atrios? (Isaías 1, 12)

  • Ya vienen de un país lejano, desde los extremos del cielo, el Señor y los instrumentos de su furor para arrasar toda la tierra. (Isaías 13, 5)

  • Al secarse, se quiebran las ramas, y vienen mujeres a prenderles fuego. Porque este es un pueblo sin inteligencia: por eso su Creador no le tiene compasión, el que lo formó no se apiada de él. (Isaías 27, 11)

  • Sí, ahí vienen de lejos, unos del norte y del oeste, y otros, del país de Siním. (Isaías 49, 12)

  • Mira a tu alrededor y observa: todos se han reunido y vienen hacia ti; tus hijos llegan desde lejos y tus hijas son llevadas en brazos. (Isaías 60, 4)

  • Y después vienen a presentarse delante de mí en esta Casa que es llamada con mi Nombre, y dicen: "¡Estamos salvados!", a fin de seguir cometiendo todas estas abominaciones. (Jeremías 7, 10)

  • Así habla el Señor: Párate en el atrio de la Casa del Señor y di a toda la gente de las ciudades de Judá que vienen a postrarse en la Casa del Señor todas las palabras que yo te mandé decirles, sin omitir ni una sola. (Jeremías 26, 2)

  • Si los jefes se enteran de que yo hablé contigo, y vienen a decirte: ‘Infórmanos sobre lo que has dicho al rey y sobre lo que él te dijo; no nos ocultes nada y no te haremos morir’, (Jeremías 38, 25)

  • ¡Oigan! Fugitivos y prófugos de Babel vienen a anunciar en Sión la venganza del Señor, nuestro Dios, la venganza de su Templo. (Jeremías 50, 28)

  • ahí queda un resto de sobrevivientes que hacen salir a sus hijos y a sus hijas y vienen adonde están ustedes. Ustedes verán su mala conducta y sus obras, y se consolarán de la desgracia que atraje sobre Jerusalén, de todo lo que mandé contra ella. (Ezequiel 14, 22)

  • Sus caballos son más ágiles que leopardos, más rapaces que lobos nocturnos; sus jinetes galopan, sus jinetes vienen de lejos, vuelan como el águila que se lanza sobre su presa. (Habacuc 1, 8)


“Agradeça sempre ao Pai eterno por sua infinita misericórdia”. São Padre Pio de Pietrelcina