Löydetty 41 Tulokset: Benaías

  • Y con ellos, como segundos, a sus hermanos Zacarías, hijo de Yaaziel, Semiramot, Yejiel, Unní, Eliab, Benaías, Maaseías, Mattitías, Eliflehú, Miqneías, Obededom y Yeiel, porteros. (I Crónicas 15, 18)

  • Zacarías, Yaaziel, Semiramot, Yejiel, Unní, Eliab, Maaseías y Benaías tenían salterios de tonos altos. (I Crónicas 15, 20)

  • Sebanías, Josafat, Natanael, Amasay, Zacarías, Benaías y Eliezer, sacerdotes, tocaban las trompetas delante del arca de Dios. Obededom y Yejiyías eran porteros del arca. (I Crónicas 15, 24)

  • Asaf era el jefe; Zacarías era el segundo; luego Uzziel, Semiramot, Yejiel, Mattitías, Eliab, Benaías, Obededom y Yeiel, con salterios y cítaras. Asaf hacía sonar los címbalos. (I Crónicas 16, 5)

  • Benaías, hijo de Yehoyadá, mandaba a los kereteos y a los peleteos, y los hijos de David eran los primeros junto al rey. (I Crónicas 18, 17)

  • Jefe del tercer ejército, para el tercer mes, era Benaías, hijo del sacerdote Yehoyadá; en su sección había 24.000 hombres. (I Crónicas 27, 5)

  • Este Benaías era uno de los Treinta valientes y hallábase al frente de ellos; en su sección estaba su hijo Ammizabad. (I Crónicas 27, 6)

  • El undécimo, para el mes undécimo, era Benaías, de Piratón, de los efraimitas; su sección tenía 24.000 hombres. (I Crónicas 27, 14)

  • Después de Ajitófel, lo fueron Yehoyadá, hijo de Benaías, y Abiatar. Joab era el jefe del ejército del rey. (I Crónicas 27, 34)

  • Vino el espíritu de Yahveh sobre Yajaziel, hijo de Zacarías, hijo de Benaías, hijo de Yeiel, hijo de Mattanías, levita, de los hijos de Asaf, que estaba en medio de la asamblea, (II Crónicas 20, 14)

  • Yejiel, Azazías, Najat, Asahel, Yerimot, Yozabad, Eliel, Jismakías, Májat y Benaías eran inspectores, a las órdenes de Konanías y de Simí, su hermano, bajo la vigilancia del rey Ezequías y de Azarías, príncipe de la Casa de Dios. (II Crónicas 31, 13)

  • Entre los israelitas: de los hijos de Parós: Ramías, Yizziyías, Malkiyías, Miyyamín, Eleazar, Malkiyías y Benaías; (Esdras 10, 25)


“Não há nada mais inaceitável do que uma mulher caprichosa, frívola e arrogante, especialmente se é casada. Uma esposa cristã deve ser uma mulher de profunda piedade em relação a Deus, um anjo de paz na família, digna e agradável em relação ao próximo.” São Padre Pio de Pietrelcina