Löydetty 24 Tulokset: Color
Alzando su rostro, resplandeciente de gloria, lanzó una mirada tan colmada de ira que la reina se desvaneció; perdió el color y apoyó la cabeza sobre la sierva que la precedía. (Ester 15, 10)
El ver la figura del sumo sacerdote llegaba a partir el alma, pues su aspecto y su color demudado manifestaban la angustia de su alma. (II Macabeos 3, 16)
No mires el vino: ¡Qué buen color tiene! ¡cómo brinca en la copa! ¡qué bien entra! (Proverbios 23, 31)
No tengas miramientos en contra de ti mismo, y no mudes de color por tu caída. (Eclesiástico 4, 22)
Entonces el rey cambió de color, sus pensamientos le turbaron, las articulaciones de sus caderas se le relajaron y sus rodillas se pusieron a castañetear. (Daniel 5, 6)
El rey Baltasar se turbó mucho y su semblante cambió de color; también sus dignatarios quedaron desconcertados. (Daniel 5, 9)
En la sala del festín entró la reina, enterada por las palabras del rey y de sus dignatarios. Y dijo la reina: «¡Viva el rey eternamente! No te turben tus pensamientos ni tu semblante cambie de color. (Daniel 5, 10)
Hasta aquí la relación. Yo, Daniel, quedé muy turbado en mis pensamientos, se me demudó el color del rostro y guardé estas cosas en mi corazón. (Daniel 7, 28)
Ante él se estremecen los pueblos, todos los rostros mudan de color. (Joel 2, 6)
¡Destrozo, saqueo, devastación! ¡Corazones que se disuelven y rodillas que vacilan y estremecimiento en todos los lomos y todos los rostros que mudan de color! (Nahún 2, 11)
Así vi en la visión los caballos y a los que los montaban: tenían corazas de color de fuego, de jacinto y de azufre; las cabezas de los caballos como cabezas de león y de sus bocas salía fuego y humo y azufre. (Apocalipsis 9, 17)
Me trasladó en espíritu al desierto. Y vi una mujer, sentada sobre una Bestia de color escarlata, cubierta de títulos blasfemos; la Bestia tenía siete cabezas y diez cuernos. (Apocalipsis 17, 3)