Löydetty 79 Tulokset: Eleazar
Pero Moisés y el sacerdote Eleazar recibieron el oro de los jefes de millar y de cien y lo llevaron a la Tienda del Encuentro, para que sirviera ante Yahveh de memorial en favor de los israelitas. (Números 31, 54)
y los hijos de Gad y los hijos de Rubén fueron y dijeron a Moisés, al sacerdote Eleazar y a los principales de la comunidad: (Números 32, 2)
Moisés dio orden al sacerdote Eleazar, a Josué, hijo de Nun, y a los jefes de las casas paternas de las tribus de los israelitas, (Números 32, 28)
«Estos son los nombres de los que os han de repartir la tierra: el sacerdote Eleazar y Josué, hijo de Nun. (Números 34, 17)
Los israelitas partieron de los pozos de Bené Yaacán, hacia Moserá. Allí murió Aarón y allí fue enterrado. Le sucedió en el sacerdocio su hijo Eleazar. (Deuteronomio 10, 6)
Esto es lo que recibieron como heredad los israelitas en el país de Canaán, lo que les repartieron como heredad el sacerdote Eleazar y Josué, hijo de Nun, y los cabezas de familia de las tribus de Israel. (Josué 14, 1)
Estas se presentaron ante el sacerdote Eleazar, ante Josué, hijo de Nun, y ante los principales, y dijeron: «Yahveh ordenó a Moisés que nos diera una heredad entre nuestros hermanos.» Les dio, pues, según la orden de Yahveh, una heredad entre los hermanos de su padre. (Josué 17, 4)
Esas son las heredades que el sacerdote Eleazar, Josué, hijo de Nun, y los jefes de familia sortearon entre las tribus de Israel en Silo, en presencia de Yahveh, a la entrada de la Tienda del Encuentro; y así se terminó el reparto de la tierra. (Josué 19, 51)
Se acercaron los cabezas de familia de los levitas al sacerdote Eleazar, a Josué, hijo de Nun, y a los cabezas de familia de las tribus de Israel, (Josué 21, 1)
Los israelitas enviaron donde los rubenitas, los gaditas y la media tribu de Manasés, al país de Galaad, al sacerdote Pinjás, hijo de Eleazar (Josué 22, 13)
Y el sacerdote Pinjás, hijo de Eleazar, dijo a los rubenitas, los gaditas y los manasitas: «Ahora reconocemos que Yahveh está en medio de nosotros, pues no habéis cometido tan grande prevaricación contra él. Así habéis salvado a los israelitas de la mano de Yahveh.» (Josué 22, 31)
El sacerdote Pinjás, hijo de Eleazar, y los principales, dejando a los rubenitas y a los gaditas, volvieron del país de Galaad al de Canaán, a donde los israelitas, y les dieron la respuesta. (Josué 22, 32)