Löydetty 48 Tulokset: Hagas

  • de palabras injuriosas ante los amigos - después de dar no hagas reproches - (Eclesiástico 41, 25)

  • «Préndele y tenle a la vista; y no le hagas daño alguno, antes harás con él lo que él mismo te diga.» (Jeremías 39, 12)

  • Godolías, hijo de Ajicam, replicó a Yojanán, hijo de Caréaj: «No hagas eso, porque es falso lo que dices de Ismael.» (Jeremías 40, 16)

  • El me dijo: «Bien, en lugar de excrementos humanos te permito usar boñiga de buey para que hagas tu pan encima.» (Ezequiel 4, 15)

  • Suspira en silencio, no hagas duelo de muertos; ciñe el turbante a tu cabeza, ponte tus sandalias en los pies, no te cubras la barba, no comas pan ordinario.» (Ezequiel 24, 17)

  • Entonces clamaron a Yahveh, diciendo: «¡Ah, Yahveh, no nos hagas perecer a causa de este hombre, ni pongas sobre nosotros sangre inocente, ya que tú, Yahveh, has obrado conforme a tu beneplácito!» (Jonás 1, 14)

  • Por tanto, cuando hagas limosna, no lo vayas trompeteando por delante como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga. (Mateo 6, 2)

  • Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; (Mateo 6, 3)

  • Pero Pablo le gritó: «No te hagas ningún mal, que estamos todos aquí.» (Hechos 16, 28)

  • Yo dije: "¿Qué he de hacer, Señor?" Y el Señor me respondió: "Levántate y vete a Damasco; allí se te dirá todo lo que está establecido que hagas." (Hechos 22, 10)

  • Pero tú no les hagas caso, pues le preparan una celada más de cuarenta hombres de entre ellos, que se han comprometido bajo anatema a no comer ni beber hasta haberle dado muerte; y ahora están preparados, esperando tu asentimiento.» (Hechos 23, 21)

  • No te precipites en imponer a nadie las manos, no te hagas partícipe de los pecados ajenos. Consérvate puro. (I Timoteo 5, 22)


“Amar significa dar aos outros – especialmente a quem precisa e a quem sofre – o que de melhor temos em nós mesmos e de nós mesmos; e de dá-lo sorridentes e felizes, renunciando ao nosso egoísmo, à nossa alegria, ao nosso prazer e ao nosso orgulho”. São Padre Pio de Pietrelcina