Löydetty 834 Tulokset: José y sus hermanos

  • y todos los hermanos que conmigo están, a las Iglesias de Galacia. (Gálatas 1, 2)

  • Porque os hago saber, hermanos, que el Evangelio anunciado por mí, no es de orden humano, (Gálatas 1, 11)

  • Pero, a causa de los intrusos, los falsos hermanos que solapadamente se infiltraron para espiar la libertad que tenemos en Cristo Jesús, con el fin de reducirnos a esclavitud, (Gálatas 2, 4)

  • Hermanos, voy a explicarme al modo humano: aun entre los hombres, nadie anula ni añade nada a un testamento hecho en regla. (Gálatas 3, 15)

  • Y vosotros, hermanos, a la manera de Isaac, sois hijos de la Promesa. (Gálatas 4, 28)

  • Así que, hermanos, no somos hijos de la esclava, sino de la libre. (Gálatas 4, 31)

  • En cuanto a mí, hermanos, si aún predico la circuncisión, ¿por qué soy todavía perseguido? ¡Pues se acabó ya el escándalo de la cruz! (Gálatas 5, 11)

  • Porque, hermanos, habéis sido llamados a la libertad; sólo que no toméis de esa libertad pretexto para la carne; antes al contrario, servíos por amor los unos a los otros. (Gálatas 5, 13)

  • Hermanos, aun cuando alguno incurra en alguna falta, vosotros, los espirituales, corregidle con espíritu de mansedumbre, y cuídate de ti mismo, pues también tú puedes ser tentado. (Gálatas 6, 1)

  • Así que, mientras tengamos oportunidad, hagamos el bien a todos, pero especialmente a nuestros hermanos en la fe. (Gálatas 6, 10)

  • Hermanos, que la gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu. Amén. (Gálatas 6, 18)

  • Paz a los hermanos, y caridad con fe de parte de Dios Padre y del Señor Jesucristo. (Efesios 6, 23)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina