Löydetty 17 Tulokset: Vaca

  • Todo lo que abre el seno es mío, todo primer nacido, macho, sea de vaca o de oveja, es mío. (Exodo 34, 19)

  • No inmoléis en el mismo día vaca u oveja juntamente con su cría. (Levítico 22, 28)

  • Pero al primogénito de vaca, o de oveja, o de cabra, no lo rescatarás: es sagrado. Derramarás su sangre sobre el altar y su grasa la harás arder como manjar abrasado de calmante aroma para Yahveh. (Números 18, 17)

  • «Este es uno de los preceptos legales, prescrito por Yahveh con estas palabras: Diles a los israelitas que te traigan una vaca roja, sin defecto, que no tenga manchas, y que no haya llevado yugo. (Números 19, 2)

  • Entonces el sacerdote Eleazar untará su dedo en la sangre de la vaca y hará con la sangre siete aspersiones hacia la entrada de la Tienda del Encuentro. (Números 19, 4)

  • Será quemada la vaca en su presencia, con su piel, su carne, su sangre e incluso sus excrementos. (Números 19, 5)

  • Tomará el sacerdote leña de cedro, hisopo y grana, y la echará en medio de la hoguera de la vaca. (Números 19, 6)

  • El que haya quemado la vaca purificará sus vestidos con agua y lavará su cuerpo con agua; pero será impuro hasta la tarde. (Números 19, 8)

  • Un hombre puro recogerá las cenizas de la vaca y las depositará fuera del campamento, en lugar puro. Servirán a la comunidad de los israelitas para el rito de hacer el agua lustral: es un sacrificio por el pecado. (Números 19, 9)

  • El que haya recogido las cenizas de la vaca lavará sus vestidos y será impuro hasta la tarde. Este será decreto perpetuo tanto para los israelitas como para el forastero residente entre ellos. (Números 19, 10)

  • Sacrificó Balaq una vaca y una oveja y le envió porciones a Balaam y a los jefes que le acompañaban. (Números 22, 40)

  • Todo primogénito que nazca en tu ganado mayor o menor, si es macho, lo consagraras a Yahveh tu Dios. No someterás al trabajo al primogénito de tu vaca ni esquilarás al primogénito de tu oveja. (Deuteronomio 15, 19)


“Cada Missa lhe obtém um grau mais alto de gloria no Céu!” São Padre Pio de Pietrelcina