Löydetty 211 Tulokset: Viene
Dijo el centinela: «Ya distingo el modo de correr del primero: por su modo de correr es Ajimaas, hijo de Sadoq.» Dijo el rey: «Es un hombre de bien; viene para dar buenas noticias.» (II Samuel 18, 27)
Y dijo Arauná: «¿Cómo mi señor el rey viene a su siervo?» David respondió: «Vengo a comprarte la era para levantar un altar a Yahveh y detener la plaga del pueblo.» (II Samuel 24, 21)
¿Es que viene esto de orden de mi señor el rey, y no has dado a conocer a tus siervos quién se sentará después de él en el trono de mi señor el rey?» (I Reyes 1, 27)
«También al extranjero que no es de tu pueblo Israel, al que viene de un país lejano a causa de tu Nombre, (I Reyes 8, 41)
pero Yahveh había dicho a Ajías: «Mira, la mujer de Jeroboam viene a pedirte un oráculo acerca de su hijo que está enfermo. Esto y esto le dirás. Cuando ella entre, se hará pasar por otra.» (I Reyes 14, 5)
Se acercó el profeta al rey de Israel y dijo: «Anda, cobra ánimo, y conoce y mira lo que has de hacer, porque el año que viene el rey de Aram subirá contra ti.» (I Reyes 20, 22)
Dijo ella a su marido: «Mira, sé que es un santo hombre de Dios que siempre viene por casa. (II Reyes 4, 9)
Fue ella y llegó donde el hombre de Dios, al monte Carmelo. Cuando el hombre de Dios la vio a lo lejos, dijo a su criado Guejazí: «Ahí viene nuestra sunamita. (II Reyes 4, 25)
Todavía estaba hablando con ellos cuando el rey bajó al él y dijo: «¡Todo este mal viene de Yahveh! ¿Cómo he de confiar aún en Yahveh?» (II Reyes 6, 33)
Eliseo dijo a la mujer cuyo hijo había resucitado: «Levántate y vete, tú y tu casa, a residir donde puedas, porque Yahveh ha llamado al hambre y viene ya hacia la tierra por siete años.» (II Reyes 8, 1)
dijo a toda la asamblea de Israel: «Si os parece bien y la cosa viene de Yahveh, nuestro Dios, vamos a mandar un mensaje a nuestros hermanos que han quedado a todas las regiones de Israel y, además, a los sacerdotes y levitas en sus ciudades y ejidos, para que se reúnan con nosotros; (I Crónicas 13, 2)
Griten de júbilo los árboles de los bosque ante Yahveh, pues viene a juzgar la tierra. (I Crónicas 16, 33)