Löydetty 222 Tulokset: ancianos

  • Los dos ancianos, levantándose en medio del pueblo, pusieron sus manos sobre su cabeza. (Daniel 13, 34)

  • Los ancianos dijeron: «Mientras nosotros nos paseábamos solos por el jardín, entró ésta con dos doncellas. Cerró las puertas y luego despachó a las doncellas. (Daniel 13, 36)

  • No quiso revelárnoslo. De todo esto nosotros somos testigos.» La asamblea les creyó como ancianos y jueces del pueblo que eran. Y la condenaron a muerte. (Daniel 13, 41)

  • Todo el pueblo se apresuró a volver allá, y los ancianos dijeron a Daniel: «Ven a sentarte en medio de nosotros y dinos lo que piensas, ya que Dios te ha dado la dignidad de la ancianidad.» (Daniel 13, 50)

  • Luego se levantaron contra los dos ancianos, a quienes, por su propia boca, había convencido Daniel de falso testimonio (Daniel 13, 61)

  • ¡Oíd esto, ancianos, prestad oído, habitantes todos de la tierra! ¿Sucedió algo semejante en vuestros días, o en los días de vuestros padres? (Joel 1, 2)

  • Promulgad un ayuno, llamad a concejo, reuníos, ancianos, y vosotros todos, habitantes de la tierra, en la Casa de Yahveh, vuestro Dios, y clamad a Yahveh: (Joel 1, 14)

  • congregad al pueblo, convocad la asamblea, reunid a los ancianos, congregad a los pequeños y a los niños de pecho! Deje el recién casado su alcoba y la recién casada su tálamo. (Joel 2, 16)

  • «Sucederá después de esto que yo derramaré mi Espíritu en toda carne. Vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán, vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. (Joel 3, 1)

  • Desde entonces comenzó Jesús a manifestar a sus discípulos que él debía ir a Jerusalén y sufrir mucho de parte de los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, y ser matado y resucitar al tercer día. (Mateo 16, 21)

  • Llegado al Templo, mientras enseñaba se le acercaron los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo diciendo: «¿Con qué autoridad haces esto? ¿Y quién te ha dado tal autoridad?» (Mateo 21, 23)

  • Entonces los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo se reunieron en el palacio del Sumo Sacerdote, llamado Caifás; (Mateo 26, 3)


“Se você fala das próprias virtudes para se exibir ou para vã ostentação perde todo o mérito.” São Padre Pio de Pietrelcina