Löydetty 63 Tulokset: ayuda

  • El que adquiere una mujer, adquiere el comienzo de la fortuna, una ayuda semejante a él y columna de apoyo. (Eclesiástico 36, 24)

  • La riqueza y la fuerza realzan el corazón, pero más que las dos, el temor del Señor. En el temor del Señor no existe mengua, con él no hay ya por qué buscar ayuda. (Eclesiástico 40, 26)

  • todos llevaron presentes a un pueblo que les será inútil, a un pueblo que no sirve de ayuda - ni de utilidad - sino de vergüenza y de oprobio. (Isaías 30, 5)

  • ¡Ay, los que bajan a Egipto por ayuda! En la caballería se apoyan, y fían en los carros porque abundan y en los jinetes porque son muchos; mas no han puesto su mirada en el Santo de Israel, ni a Yahveh han buscado. (Isaías 31, 1)

  • Pero también él es sabio, hará venir el mal, y no retirará sus palabras; se levantará contra la casa de los malhechores y contra la ayuda de los que obran la iniquidad. (Isaías 31, 2)

  • El uno ayuda al otro y dice a su colega: «¡Animo!» (Isaías 41, 6)

  • Así dice Yahveh que te creó, te plasmó ya en el seno y te da ayuda: «No temas, siervo mío, Jacob, Yesurún a quien yo elegí. (Isaías 44, 2)

  • Así dice Yahveh, tu redentor, el que te formó desde el seno. Yo, Yahveh, lo he hecho todo, yo, solo, extendí los cielos, yo asenté la tierra, sin ayuda alguna. (Isaías 44, 24)

  • He aquí que el Señor Yahveh me ayuda: ¿quién me condenará? Pues todos ellos como un vestido se gastarán, la polilla se los comerá. (Isaías 50, 9)

  • Aún no había dado media vuelta cuando le dijo: «Vuelve adonde Godolías, hijo de Ajicam, hijo de Safán, a quien el rey de Babilonia ha encargado de las ciudades de Judá, y quédate a vivir con él entre esta gente. En suma, vete adonde mejor te acomode.» Luego el jefe de la guardia le proporcionó algunos víveres y ayuda de costa y le despidió. (Jeremías 40, 5)

  • Y así que hubieron entrado dentro de la ciudad, Ismael, hijo de Netanías, los degolló con la ayuda de sus hombres, y los echó dentro de una cisterna. (Jeremías 41, 7)

  • Zain. Jerusalén recuerda sus días de miseria y vida errante, cuando a manos del adversario sucumbía su pueblo, sin que nadie viniera en su ayuda. Los adversarios la miraban, riéndose de su ruina. (Lamentaciones 1, 7)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina