Löydetty 382 Tulokset: campo de batalla
y de Bamot al valle que está en el campo de Moab, hacia la cumbre del Pisgá, que domina la parte del desierto. (Números 21, 20)
Se volvieron y subieron camino de Basán. Og, rey de Basán, salió a su encuentro con toda su gente, para darles batalla en Edreí. (Números 21, 33)
y dijo a los ancianos de Madián: «Ahora veréis cómo esa multitud va a devastarlo todo a nuestro alrededor, como devasta el buey la hierba del campo.» Balaq, hijo de Sippor, era rey de Moab por aquel tiempo. (Números 22, 4)
La burra vio al Angel de Yahveh plantado en el camino, la espada desenvainada en la mano. La burra se apartó del camino y se fue a campo traviesa. Balaam pegó a la burra para hacerla volver al camino. (Números 22, 23)
Y le llevó al Campo de los Centinelas, hacia la cumbre del Pisgá. Construyó siete altares y ofreció en holocausto un novillo y un carnero en cada altar. (Números 23, 14)
Sijón salió a nuestro encuentro con todo su pueblo, y nos presentó batalla en Yahás. (Deuteronomio 2, 32)
Luego nos volvimos y subimos por el camino de Basán. Og, rey de Basán, salió a nuestro encuentro con todo su pueblo y nos presentó batalla en Edreí. (Deuteronomio 3, 1)
«No desearás la mujer de tu prójimo, no codiciarás su casa, su campo, su siervo o su sierva, su buey o su asno: nada que sea de tu prójimo.» (Deuteronomio 5, 21)
yo daré a tu campo hierba para tu ganado, y comerás hasta hartarte. (Deuteronomio 11, 15)
Si, al atacar una ciudad, tienes que sitiarla mucho tiempo para tomarla, no destruirás su arbolado metiendo en él el hacha; te alimentarás de él sin talarlo. ¿Son acaso hombres los árboles del campo para que los trates como a sitiados? (Deuteronomio 20, 19)
Si en el suelo que Yahveh tu Dios te da en posesión se descubre un hombre muerto, tendido en el campo, sin que se sepa quién lo mató, (Deuteronomio 21, 1)
Pero si es en el campo donde el hombre encuentra a la joven prometida, la fuerza y se acuesta con ella, sólo morirá el hombre que se acostó con ella; (Deuteronomio 22, 25)