Löydetty 798 Tulokset: cau

  • Hablad a los israelitas y decidles: Cualquier hombre que padece flujo seminal es impuro a causa del flujo. (Levítico 15, 2)

  • En esto consiste la impureza causada por su flujo: sea que su cuerpo deje destilar el flujo, o lo retenga, es impuro. (Levítico 15, 3)

  • El sacerdote los ofrecerá, uno como sacrificio por el pecado, el otro como holocausto, y de esta manera el sacerdote hará expiación por él ante Yahveh, a causa de su flujo. (Levítico 15, 15)

  • El sacerdote los ofrecerá uno como sacrificio por el pecado, el otro como holocausto; y hará expiación por ella ante Yahveh por la impureza de su flujo. (Levítico 15, 30)

  • Mantendréis alejados a los israelitas de sus impurezas para que no mueran a causa de ellas por contaminar mi Morada, la que está en medio de ellos. (Levítico 15, 31)

  • Sólo en estas condiciones podrá entrar Aarón en el santuario: con un novillo para el sacrificio por el pecado y un carnero para el holocausto. (Levítico 16, 3)

  • Recibirá de la comunidad de los israelitas dos machos cabríos para el holocausto. (Levítico 16, 5)

  • lavará su cuerpo con agua en lugar sagrado y se pondrá sus vestiduras. Después saldrá y ofrecerá su holocausto y el holocausto del pueblo, hará la expiación por sí mismo y por el pueblo, (Levítico 16, 24)

  • Diles: Cualquier hombre de la casa de Israel, o de los forasteros que residen en medio de ellos, que ofrezca holocausto o sacrificio, (Levítico 17, 8)

  • No odies en tu corazón a tu hermano, pero corrige a tu prójimo, para que no te cargues con pecado por su causa. (Levítico 19, 17)

  • No os dirijáis a los nigromantes, ni consultéis a los adivinos haciéndoos impuros por su causa. Yo, Yahveh, vuestro Dios. (Levítico 19, 31)

  • Habla a Aarón y a sus hijos, y a todos los israelitas y diles: Si alguno de la casa de Israel, o de los forasteros residentes en Israel, en cumplimiento de un voto, o como ofrenda voluntaria, presenta una ofrenda que como holocausto ofrece a Yahveh (Levítico 22, 18)


“Que Jesus o aperte sempre mais ao Seu divino coração. Que Ele o alivie no sofrimento e lhe dê o abraço final no Paraíso.” São Padre Pio de Pietrelcina