Löydetty 77 Tulokset: clase

  • les propuso por una embajada la reconciliación bajo toda clase de condiciones justas; y que además obligaría al rey a hacerse amigo de ellos. (II Macabeos 11, 14)

  • ¡hallaremos toda clase de riquezas, llenaremos nuestras casas de botín, (Proverbios 1, 13)

  • me hice huertos y jardines, y los planté de toda clase de árboles frutales. (Eclesiastés 2, 5)

  • Atesoré también plata y oro, tributos de reyes y de provincias. Me procuré cantores y cantoras, toda clase de lujos humanos, coperos y reposteros. (Eclesiastés 2, 8)

  • Era razón que aquéllos, los opresores, sufrieran un hambre irremediable, mientras a éstos bastaba mostrarles la clase de tormento que sus enemigos padecían. (Sabiduría 16, 4)

  • Toda clase de maldades frecuentaron, hasta que vino sobre ellos el castigo. (Eclesiástico 47, 25)

  • como fuego e incienso en el incensario, como vaso de oro macizo adornado de toda clase de piedras preciosas, (Eclesiástico 50, 9)

  • Entré y observé: toda clase de representaciones de reptiles y animales repugnantes, y todas las basuras de la casa de Israel estaban grabados en la pared, todo alrededor. (Ezequiel 8, 10)

  • en la alta montaña de Israel lo plantaré. Echará ramaje y producirá fruto, y se hará un cedro magnífico. Debajo de él habitarán toda clase de pájaros, toda clase de aves morarán a la sombra de sus ramas. (Ezequiel 17, 23)

  • Yo les conduje a la tierra que, mano en alto, había jurado darles. Allí vieron toda clase de colinas elevadas, toda suerte de árboles frondosos, y en ellos ofrecieron sus sacrificios y presentaron sus ofrendas provocadoras; allí depositaron el calmante aroma y derramaron sus libaciones. (Ezequiel 20, 28)

  • Los mercaderes de Sabá y de Ramá traficaban contigo: aromas de primera calidad y toda clase de piedras preciosas y oro daban por tus mercancías. (Ezequiel 27, 22)

  • Convocaré contra él toda clase de terrores, oráculo del Señor Yahveh. Volverán la espada unos contra otros. (Ezequiel 38, 21)


“Temos muita facilidade para pedir, mas não para agradecer”. São Padre Pio de Pietrelcina