Löydetty 433 Tulokset: esau y jacob

  • dices: "De tu siervo Jacob; es un regalo enviado para mi señor Esaú. Precisamente, él mismo viene detrás de nosotros."» (Génesis 32, 19)

  • El mismo encargo hizo también al segundo, como asimismo al tercero y a todos los que iban tras las manadas diciendo: «En estos términos hablaréis a Esaú cuando le encontréis, (Génesis 32, 20)

  • añadiendo: "Precisamente, tu siervo Jacob viene detrás de nosotros."» Pues se decía: «Voy a ganármelo con el regalo que me precede, tras de lo cual me entrevistaré con él; tal vez me haga buena cara.» (Génesis 32, 21)

  • Y habiéndose quedado Jacob solo, estuvo luchando alguien con él hasta rayar el alba. (Génesis 32, 25)

  • Pero viendo que no le podía, le tocó en la articulación femoral, y se dislocó el fémur de Jacob mientras luchaba con aquél. (Génesis 32, 26)

  • Este le dijo: «Suéltame, que ha rayado el alba.» Jacob respondió: «No te suelto hasta que no me hayas bendecido.» (Génesis 32, 27)

  • Dijo el otro: «¿Cuál es tu nombre?» - «Jacob.» - (Génesis 32, 28)

  • «En adelante no te llamarás Jacob sino Israel; porque has sido fuerte contra Dios y contra los hombres, y le has vencido.» (Génesis 32, 29)

  • Jacob le preguntó: «Dime por favor tu nombre.» - «¿ Para qué preguntas por mi nombre?» Y le bendijo allí mismo. (Génesis 32, 30)

  • Jacob llamó a aquel lugar Penuel, pues (se dijo): «He visto a Dios cara a cara, y tengo la vida salva.» (Génesis 32, 31)

  • Por eso los israelitas no comen, hasta la fecha, el nervio ciático, que está sobre la articulación del muslo, por haber sido tocado Jacob en la articulación femoral, en el nervio ciático. (Génesis 32, 33)

  • Jacob levantó los ojos y al ver que venía Esaú con cuatrocientos hombres, repartió a los niños entre Lía y Raquel y las dos siervas. (Génesis 33, 1)


“Nunca vá se deitar sem antes examinar a sua consciência sobre o dia que passou. Enderece todos os seus pensamentos a Deus, consagre-lhe todo o seu ser e também todos os seus irmãos. Ofereça à glória de Deus o repouso que você vai iniciar e não esqueça do seu Anjo da Guarda que está sempre com você.” São Padre Pio de Pietrelcina