Löydetty 76 Tulokset: forastero

  • Tus preceptos son cantares para mí en mi mansión de forastero. (Salmos 119, 54)

  • Yahveh protege al forastero, a la viuda y al huérfano sostiene. mas el camino de los impíos tuerce; (Salmos 146, 9)

  • Sí, así dice el Señor Yahveh: A Egipto bajó mi pueblo en un principio, a ser forastero allí, y luego Asiria le oprimió sin motivo. (Isaías 52, 4)

  • y no oprimís al forastero, al huérfano y a la viuda (y no vertéis sangre inocente en este lugar), ni andáis en pos de otros dioses para vuestro daño, (Jeremías 7, 6)

  • ¡Oh esperanza de Israel, Yahveh, Salvador suyo en tiempo de angustia! ¿Por qué has de ser cual forastero en la tierra, o cual viajero que se tumba para hacer noche? (Jeremías 14, 8)

  • Así dice Yahveh: Practicad el derecho y la justicia, librad al oprimido de manos del opresor, y al forastero, al huérfano y a la viuda no atropelléis; no hagáis violencia ni derraméis sangre inocente en este lugar. (Jeremías 22, 3)

  • En ti se desprecia al padre y a la madre, en ti se maltrata al forastero residente, en ti se oprime al huérfano y a la viuda. (Ezequiel 22, 7)

  • El pueblo de la tierra ha hecho violencia y cometido pillaje, ha oprimido al pobre y al indigente, ha maltratado al forastero sin ningún derecho. (Ezequiel 22, 29)

  • En la tribu donde resida el forastero, allí le daréis su heredad, oráculo del Señor Yahveh. (Ezequiel 47, 23)

  • No oprimáis a la viuda, al huérfano, al forastero, ni al pobre; y no maquinéis mal uno contra otro en vuestro corazón. (Zacarías 7, 10)

  • Yo me acercaré a vosotros para el juicio, y seré un testigo expeditivo contra los hechiceros y contra los adúlteros, contra los que juran con mentira, contra los que oprimen al jornalero, a la viuda y al huérfano, contra los que hacen agravio al forastero sin ningún temor de mí, dice Yahveh Sebaot. (Malaquías 3, 5)

  • Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis; (Mateo 25, 35)


“No tumulto das paixões terrenas e das adversidades, surge a grande esperança da misericórdia inexorável de Deus. Corramos confiantes ao tribunal da penitência onde Ele, com ansiedade paterna, espera-nos a todo instante.” São Padre Pio de Pietrelcina