Löydetty 93 Tulokset: generación
No haréis, pues, trabajo alguno. Es decreto perpetuo, de generación en generación, dondequiera que habitéis. (Levítico 23, 31)
Celebraréis fiesta en honor de Yahveh durante siete días cada año. Será decreto perpetuo de generación en generación. En el séptimo mes la celebraréis. (Levítico 23, 41)
Yahveh es tardo a la cólera y rico en bondad, tolera iniquidad y rebeldía; aunque nada deja sin castigo, castigando la iniquidad de los padres en los hijos hasta la tercera y cuarta generación." (Números 14, 18)
Se encendió la ira de Yahveh contra Israel y los hizo andar errantes por el desierto durante cuarenta años, hasta que se acabó toda aquella generación que había obrado mal a los ojos de Yahveh. (Números 32, 13)
«Ni un solo hombre de esta generación perversa verá la tierra buena que yo juré dar a vuestros padres, (Deuteronomio 1, 35)
El tiempo que estuvimos caminando desde Cadés Barnea hasta que pasamos el torrente Zéred fue de 38 años; por lo que había desaparecido ya del campamento toda la generación de hombres de guerra, como Yahveh les había jurado. (Deuteronomio 2, 14)
No te postrarás ante ellas ni les darás culto. Porque yo, Yahveh tu Dios, soy un Dios celoso, que castigo la iniquidad de los padres en los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me odian, (Deuteronomio 5, 9)
El bastardo no será admitido en la asamblea de Yahveh; ni siquiera en su décima generación será admitido en la asamblea de Yahveh. (Deuteronomio 23, 3)
El ammonita y el moabita no serán admitidos en la asamblea de Yahveh; ni aun en la décima generación serán admitidos en la asamblea de Yahveh, nunca jamás. (Deuteronomio 23, 4)
A la tercera generación, sus descendientes podrán ser admitidos en la asamblea de Yahveh. (Deuteronomio 23, 9)
La generación futura, vuestros hijos que vendrán después de vosotros, así como el extranjero llegado de un país lejano, verán las plagas de esta tierra y las enfermedades con que Yahveh la castigará, y exclamarán: (Deuteronomio 29, 21)
Se han pervertido los que él engendró sin tara, generación perversa y tortuosa. (Deuteronomio 32, 5)