Löydetty 243 Tulokset: gracia divina
Sí, dicha y gracia me acompañarán todos los días de mi vida; mi morada será la casa de Yahveh a lo largo de los días. (Salmos 23, 6)
De día mandará Yahveh su gracia, y el canto que me inspire por la noche será una oración al Dios de mi vida. (Salmos 42, 9)
Eres hermoso, el más hermoso de los hijos de Adán, la gracia está derramada en tus labios. Por eso Dios te bendijo para siempre. (Salmos 45, 3)
Salmo. De Asaf. Dios se levanta en la asamblea divina, en medio de los dioses juzga: (Salmos 82, 1)
Porque Yahveh Dios es almena y escudo, él da gracia y gloria; Yahveh no niega la ventura a los que caminan en la perfección. (Salmos 84, 12)
¡Y tú, Señor Yahveh, actúa por mí en gracia de tu nombre, porque tu amor es bueno, líbrame!, (Salmos 109, 21)
Aléjame del camino de mentira, y dame la gracia de tu ley, (Salmos 119, 29)
En gracia a David, tu servidor, no rechaces el rostro de tu ungido. (Salmos 132, 10)
Partió éste con gran pompa hacia Tolemaida, se entrevistó con los reyes, les dio a ellos y a sus amigos plata y oro, les hizo numerosos presentes y halló gracia a sus ojos. (I Macabeos 10, 60)
Tomando plata, oro, vestidos y otros presentes en gran cantidad, partió a verse con el rey en Tolemaida y halló gracia ante él. (I Macabeos 11, 24)
Pronto algunos de los acompañantes de Heliodoro, instaban a Onías que invocara al Altísimo para que diese la gracia de vivir a aquel que yacía ya en su último suspiro. (II Macabeos 3, 31)
Mientras el sumo sacerdote ofrecía el sacrificio de expiación, se aparecieron otra vez a Heliodoro los mismos jóvenes, vestidos con la misma indumentaria y en pie le dijeron: «Da muchas gracias al sumo sacerdote Onías, pues por él te concede el Señor la gracia de vivir; (II Macabeos 3, 33)