Löydetty 2137 Tulokset: hijo de Abraham

  • revelar en mí a su Hijo, para que le anunciase entre los gentiles, al punto, sin pedir consejo ni a la carne ni a la sangre, (Gálatas 1, 16)

  • y no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí; la vida que vivo al presente en la carne, la vivo en la fe del Hijo de Dios que me amó y se entregó a sí mismo por mí. (Gálatas 2, 20)

  • Así Abraham creyó en Dios y le fue reputado como justicia. (Gálatas 3, 6)

  • Tened, pues, entendido que los que viven de la fe, ésos son los hijos de Abraham. (Gálatas 3, 7)

  • La Escritura, previendo que Dios justificaría a los gentiles por la fe, anunció con antelación a Abraham esta buena nueva: En ti serán bendecidas todas las naciones. (Gálatas 3, 8)

  • Así pues, los que viven de la fe son bendecidos con Abraham el creyente. (Gálatas 3, 9)

  • a fin de que llegara a los gentiles, en Cristo Jesús, la bendición de Abraham, y por la fe recibiéramos el Espíritu de la Promesa. (Gálatas 3, 14)

  • Pues bien, las promesas fueron dirigidas a Abraham y a su descendencia. No dice: «y a los descendientes», como si fueran muchos, sino a uno solo, a tu descendencia, es decir, a Cristo. (Gálatas 3, 16)

  • Pues si la herencia dependiera de la ley, ya no procedería de la promesa, y sin embargo, Dios otorgó a Abraham su favor en forma de promesa. (Gálatas 3, 18)

  • Y si sois de Cristo, ya sois descendencia de Abraham, herederos según la Promesa. (Gálatas 3, 29)

  • Pero, al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, (Gálatas 4, 4)

  • La prueba de que sois hijos es que Dios ha enviado a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo que clama: ¡Abbá, Padre! (Gálatas 4, 6)


“Menosprezai vossas tentações e não vos demoreis nelas. Imaginai estar na presença de Jesus. O crucificado se lança em vossos braços e mora no vosso coração. Beijai-Lhe a chaga do lado, dizendo: ‘Aqui está minha esperança; a fonte viva da minha felicidade. Seguro-vos, ó Jesus, e não me aparto de vós, até que me tenhais posto a salvo’”. São Padre Pio de Pietrelcina