Löydetty 254 Tulokset: historia de Abraham

  • El respondió: «Hermanos y padres, escuchad. El Dios de la gloria se apareció a nuestro padre Abraham cuando estaba en Mesopotamia, antes de que se estableciese en Jarán (Hechos 7, 2)

  • Le dio, además, la alianza de la circuncisión; y así, al engendrar a Isaac, Abraham le circuncidó el octavo día, y lo mismo Isaac a Jacob, y Jacob a los doce patriarcas. (Hechos 7, 8)

  • y fueron trasladados a Siquem y depositados en el sepulcro que había comprado Abraham a precio de plata a los hijos de Jamor, padre de Siquem. (Hechos 7, 16)

  • «Conforme se iba acercando el tiempo de la promesa que Dios había hecho a Abraham, creció el pueblo y se multiplicó en Egipto, (Hechos 7, 17)

  • " Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob. " Moisés temblaba y no se atrevía a mirar. (Hechos 7, 32)

  • «Hermanos, hijos de la raza de Abraham, y cuantos entre vosotros temen a Dios: a vosotros ha sido enviada esta Palabra de salvación. (Hechos 13, 26)

  • ¿Qué diremos, pues, de Abraham, nuestro padre según la carne? (Romanos 4, 1)

  • Si Abraham obtuvo la justicia por las obras, tiene de qué gloriarse, mas no delante de Dios. (Romanos 4, 2)

  • En efecto, ¿qué dice la Escritura? Creyó Abraham en Dios y le fue reputado como justicia. (Romanos 4, 3)

  • Entonces, ¿esta dicha recae sólo sobre los circuncisos o también sobre los incircuncisos? Decimos, en efecto, que la fe de Abraham le fue reputada como justicia. (Romanos 4, 9)

  • y en padre también de los circuncisos que no se contentan con la circuncisión, sino que siguen además las huellas de la fe que tuvo nuestro padre Abraham antes de la circuncisión. (Romanos 4, 12)

  • En efecto, no por la ley, sino por la justicia de la fe fue hecha a Abraham y su posteridad la promesa de ser heredero del mundo. (Romanos 4, 13)


“Nunca vá se deitar sem antes examinar a sua consciência sobre o dia que passou. Enderece todos os seus pensamentos a Deus, consagre-lhe todo o seu ser e também todos os seus irmãos. Ofereça à glória de Deus o repouso que você vai iniciar e não esqueça do seu Anjo da Guarda que está sempre com você.” São Padre Pio de Pietrelcina