Löydetty 281 Tulokset: mira

  • pero Yahveh había dicho a Ajías: «Mira, la mujer de Jeroboam viene a pedirte un oráculo acerca de su hijo que está enfermo. Esto y esto le dirás. Cuando ella entre, se hará pasar por otra.» (I Reyes 14, 5)

  • Tomó Elías al niño, lo bajó de la habitación de arriba de la casa y se lo dio a su madre. Dijo Elías: «Mira, tu hijo vive.» (I Reyes 17, 23)

  • Dijo a su criado : «Sube y mira hacia el mar.» Subió, miró y dijo: «No hay nada.» El dijo: «Vuelve.» Y esto siete veces. (I Reyes 18, 43)

  • Se acercó el profeta al rey de Israel y dijo: «Anda, cobra ánimo, y conoce y mira lo que has de hacer, porque el año que viene el rey de Aram subirá contra ti.» (I Reyes 20, 22)

  • El mensajero que había ido a llamar a Miqueas le habló diciendo: «Mira que los profetas a una voz predicen el bien al rey. Procura hablar como uno de ellos y anuncia el bien.» (I Reyes 22, 13)

  • Dijo ella a su marido: «Mira, sé que es un santo hombre de Dios que siempre viene por casa. (II Reyes 4, 9)

  • Los profetas dijeron a Eliseo: «Mira, el lugar en que habitamos a tu lado, es estrecho para nosotros. (II Reyes 6, 1)

  • Mira: te has confiado al apoyo de esa caña rota, de Egipto, que penetra y traspasa la mano del que se apoya sobre ella. Pues así es Faraón, rey de Egipto, para todos los que confían en él. (II Reyes 18, 21)

  • porque había recibido esta noticia acerca de Tirhacá, rey de Kus: «Mira que ha salido a guerrear contra ti.» Volvió a enviar mensajeros para decir a Ezequías: (II Reyes 19, 9)

  • ¡Tiende, Yahveh, tu oído y escucha; abre, Yahveh, tus ojos y mira! Oye las palabras con que Senaquerib ha enviado a insultar al Dios vivo. (II Reyes 19, 16)

  • Congregóse todo Israel en torno a David, en Hebrón, y dijeron: «Mira: hueso tuyo y carne tuya somos nosotros. (I Crónicas 11, 1)

  • Morando ya David en su casa, dijo a Natán, profeta: «Mira, yo habito en una casa de cedro, mientras el arca de la alianza de Yahveh está bajo pieles.» (I Crónicas 17, 1)


Jesus lhe quer bem, da maneira que só Ele sabe amar.” São Padre Pio de Pietrelcina