Löydetty 302 Tulokset: mujeres
Tomó David más concubinas y mujeres de Jerusalén, después de venir de Hebrón, y le nacieron a David hijos e hijas. (II Samuel 5, 13)
y repartió a todo el pueblo, a toda la muchedumbre de Israel, hombres y mujeres, una torta de pan, un pastel de dátiles y un pan de pasas a cada uno de ellos, y se fue todo el pueblo cada uno a su casa. (II Samuel 6, 19)
Te he dado la casa de tu señor y he puesto en tu seno las mujeres de tu señor; te he dado la casa de Israel y de Judá; y si es poco, te añadiré todavía otras cosas. (II Samuel 12, 8)
Así habla Yahveh: Haré que de tu propia casa se alce el mal contra ti. Tomaré tus mujeres ante tus ojos y se las daré a otro que se acostará con tus mujeres a la luz de este sol. (II Samuel 12, 11)
Entró Joab en la casa, donde el rey, y le dijo: «Estás hoy cubriendo de vergüenza el rostro de todos tus servidores, que han salvado hoy tu vida, la vida de tus hijos y tus hijas, la vida de tus mujeres y la vida de tus concubinas, (II Samuel 19, 6)
Una de las mujeres dijo: «Oyeme, mi señor. Yo y esta mujer vivíamos en una misma casa, y yo he dado a luz, estando ella conmigo en la casa. (I Reyes 3, 17)
Dichosas tus mujeres, dichosos estos tus servidores que están siempre en tu presencia y escuchan tu sabiduría. (I Reyes 10, 8)
El rey Salomón amó a muchas mujeres extranjeras, además de la hija de Faraón, moabitas, ammonitas, edomitas, sidonias, hititas, (I Reyes 11, 1)
tuvo setecientas mujeres con rango de princesas y trescientas concubinas. (I Reyes 11, 3)
En la ancianidad de Salomón sus mujeres inclinaron su corazón tras otros dioses, y su corazón no fue por entero de Yahveh su Dios, como el corazón de David su padre. (I Reyes 11, 4)
Lo mismo hizo con todas sus mujeres extranjeras que quemaban incienso y sacrificaban a sus dioses. (I Reyes 11, 8)
para decirle: «Así habla Ben Hadad: Tu plata y tu oro son para mí. Tus mujeres y tus hijos para ti.» (I Reyes 20, 3)