Löydetty 21 Tulokset: ofreceréis

  • No ofreceréis a Yahveh animal que tenga los testículos aplastados, majados, arrancados o cortados. No hagáis est en vuestra tierra. (Levítico 22, 24)

  • Ofreceréis durante siete días manjares abrasados a Yahveh. El séptimo día celebraréis reunión sagrada; no haréis ningún trabajo servil. (Levítico 23, 8)

  • hasta el día siguiente al séptimo sábado, contaréis cincuenta días y entonces ofreceréis a Yahveh una oblación nueva. (Levítico 23, 16)

  • Juntamente con el pan ofreceréis a Yahveh siete corderos de un año, sin defecto, un novillo y dos carneros: serán el holocausto para Yahveh además de su ofrenda y sus libaciones, como manjar abrasado de calmante aroma para Yahveh. (Levítico 23, 18)

  • Ofreceréis también un macho cabrío como sacrificio por el pecado, y dos corderos de un año como sacrificio de comunión. (Levítico 23, 19)

  • No haréis ningún trabajo servil, y ofreceréis manjares abrasados a Yahveh. (Levítico 23, 25)

  • Además el día décimo de este séptimo mes será el día de la Expiación, en el cual tendréis reunión sagrada; ayunaréis y ofreceréis manjares abrasados a Yahveh. (Levítico 23, 27)

  • Durante siete días ofreceréis manjares abrasados a Yahveh. El día octavo tendréis reunión sagrada y ofreceréis manjares abrasados a Yahveh. Habrá asamblea solemne. No haréis trabajo servil alguno. (Levítico 23, 36)

  • Les dirás: Este será el manjar abrasado que ofreceréis a Yahveh: «Corderos de un año, sin defecto, dos al día, como holocausto perpetuo. (Números 28, 3)

  • Los primeros de mes ofreceréis un holocausto a Yahveh: dos novillos, un carnero y siete corderos de un año, sin tacha. (Números 28, 11)

  • Ofreceréis como manjar abrasado en holocausto a Yahveh: dos novillos, un carnero, siete corderos de un año, sin tacha. (Números 28, 19)

  • Esto, además del holocausto de la mañana, que ofreceréis como holocausto perpetuo. (Números 28, 23)


“Onde não há obediência, não há virtude. Onde não há virtude, não há bem, não há amor; e onde não há amor, não há Deus; e sem Deus não se chega ao Paraíso. Tudo isso é como uma escada: se faltar um degrau, caímos”. São Padre Pio de Pietrelcina