Löydetty 327 Tulokset: oposición a los judíos

  • Pero nosotros hemos comprobado que los judíos, condenados al exterminio por aquel hombre tres veces criminal, no son malhechores, sino que se gobiernan por leyes enteramente justas; (Ester 16, 15)

  • Poned una copia de esta carta en todo lugar público y dejad que los judíos se rijan libremente por sus leyes; (Ester 16, 19)

  • Cuanto a vosotros, judíos, celebraréis con toda suerte de regocijos este día insigne, como una de vuestras solemnidades, (Ester 16, 22)

  • para caer sobre el campamento de los judíos y vencerles por sopresa. La gente de la Ciudadela los guiaba. (I Macabeos 4, 2)

  • Los extranjeros alzaron los ojos y, viendo a los judíos que venían contra ellos, (I Macabeos 4, 12)

  • Tomó luego consigo a los judíos de Galilea y Arbattá, con sus mujeres, hijos y cuanto poseían, y en medio de una gran alegría los llevó a Judea. (I Macabeos 5, 23)

  • Cuando, al llegar el día, alzaron los judíos sus ojos, vieron una muchedumbre innumerable que levantaba escalas e ingenios para tomar la plaza, y había comenzado ya el ataque. (I Macabeos 5, 30)

  • Pero los judíos tomaron la ciudad y quemaron el templo con todos los que había dentro. Carnáyim fue arrasada. Y ya nadie pudo resistir a Judas. (I Macabeos 5, 44)

  • Lisias, en primer lugar, había ido al frente de un poderoso ejército, pero había tenido que huir ante los judíos. Estos se habían crecido con las tropas y los muchos despojos tomados a los ejércitos vencidos. (I Macabeos 6, 6)

  • Los judíos, al fin, viendo la potencia del reino y la impetuosidad de sus tropas, cedieron ante ellas. (I Macabeos 6, 47)

  • El ejército real subió a Jerusalén, al encuentro de los judíos, y el rey acampó contra Judea y contra el monte Sión. (I Macabeos 6, 48)

  • Salió gente de todos los pueblos judíos del contorno y, envolviéndoles, les obligaron a volverse los unos sobre los otros. Todos cayeron a espada; no quedó ni uno de ellos. (I Macabeos 7, 46)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina