Löydetty 324 Tulokset: prueba de las aguas amargas
Tu madre se parecía a una vid plantada a orillas de las aguas. Era fecunda, exuberante, por la abundancia de agua. (Ezequiel 19, 10)
pues la prueba está hecha... oráculo del Señor Yahveh. (Ezequiel 21, 18)
Se llevarán como botín tus riquezas, saquearán tus mercancías, destruirán tus murallas, demolerán tus casas suntuosas. Tus piedras, tus vigas y tus escombros los echarán al fondo de las aguas. (Ezequiel 26, 12)
Porque así dice el Señor Yahveh: Cuando yo te convierta en una ciudad en ruinas como las ciudades despobladas, cuando yo empuje sobre ti el océano, y te cubran las muchas aguas, (Ezequiel 26, 19)
Mas ahora estás ahí quebrada por los mares en las honduras de las aguas. Tu carga y toda tu tripulación se han hundido contigo. (Ezequiel 27, 34)
Prenderé fuego a Egipto. Sin se retorcerá de dolor, en No se abrirá brecha y cundirán las aguas. (Ezequiel 30, 16)
Las aguas le hicieron crecer, el abismo le hizo subir, derramando sus aguas en torno a su plantación, enviando sus acequias a todos los árboles del campo. (Ezequiel 31, 4)
Era hermoso en su grandeza, en su despliegue de ramaje, porque sus raíces se alargaban hacia aguas abundantes. (Ezequiel 31, 7)
Ha sido para que ningún árbol plantado junto a las aguas se engría de su talla, ni levante su copa por entre las nubes, y para que ningún árbol bien regado se estire hacia ellas con su altura. ¡Porque todos ellos están destinados a la muerte, a los infiernos, como el común de los hombres, como los que bajan a la fosa! (Ezequiel 31, 14)
Así dice el Señor Yahveh: El día que bajó al seol, en señal de duelo yo cerré sobre él el abismo, detuve sus ríos, y las aguas abundantes cesaron; por causa de él llené de sombra el Líbano, y todos los árboles del campo se amustiaron por él. (Ezequiel 31, 15)
Hice temblar a las naciones por el estrépito de su caída, cuando le precipité en el seol, con los que bajan a la fosa. En los infiernos se consolaron todos los árboles de Edén, lo más selecto y más bello del Líbano, regados todos por las aguas. (Ezequiel 31, 16)
Y haré perecer a todo tu ganado, junto a las aguas abundantes. No las enturbiará más pie de hombre, no volverá a enturbiarlas pezuña de animal. (Ezequiel 32, 13)