Löydetty 808 Tulokset: red

  • De modo que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero por voluntad de Dios. (Gálatas 4, 7)

  • Pero ¿qué dice la Escritura? Despide a la esclava y a su hijo, pues no ha de heredar el hijo de la esclava juntamente con el hijo de la libre. (Gálatas 4, 30)

  • En cuanto a mí, hermanos, si aún predico la circuncisión, ¿por qué soy todavía perseguido? ¡Pues se acabó ya el escándalo de la cruz! (Gálatas 5, 11)

  • envidias, embriagueces, orgías y cosas semejantes, sobre las cuales os prevengo, como ya os previne, que quienes hacen tales cosas no heredarán el Reino de Dios. (Gálatas 5, 21)

  • En él tenemos por medio de su sangre la redención, el perdón de los delitos, según la riqueza de su gracia (Efesios 1, 7)

  • que es prenda de nuestra herencia, para redención del Pueblo de su posesión, para alabanza de su gloria. (Efesios 1, 14)

  • que los gentiles sois coherederos, miembros del mismo Cuerpo y partícipes de la misma Promesa en Cristo Jesús por medio del Evangelio, (Efesios 3, 6)

  • No entristezcáis al Espíritu Santo de Dios, con el que fuisteis sellados para el día de la redención. (Efesios 4, 30)

  • Es cierto que algunos predican a Cristo por envidia y rivalidad; mas hay también otros que lo hacen con buena intención; (Filipenses 1, 15)

  • en quien tenemos la redención: el perdón de los pecados. (Colosenses 1, 14)

  • ya que os fue predicado nuestro Evangelio no sólo con palabras sino también con poder y con el Espíritu Santo, con plena persuasión. Sabéis cómo nos portamos entre vosotros en atención a vosotros. (I Tesalonicenses 1, 5)

  • sino que, después de haber padecido sufrimientos e injurias en Filipos, como sabéis, confiados en nuestro Dios, tuvimos la valentía de predicaros el Evangelio de Dios entre frequentes luchas. (I Tesalonicenses 2, 2)


“Nunca vá se deitar sem antes examinar a sua consciência sobre o dia que passou. Enderece todos os seus pensamentos a Deus, consagre-lhe todo o seu ser e também todos os seus irmãos. Ofereça à glória de Deus o repouso que você vai iniciar e não esqueça do seu Anjo da Guarda que está sempre com você.” São Padre Pio de Pietrelcina