Löydetty 530 Tulokset: sabiduría del mundo

  • Una vez que habéis muerto con Cristo a los elementos del mundo ¿por qué sujertaros, como si aún vivierais en el mundo, a preceptos como (Colosenses 2, 20)

  • Tales cosas tienen una apariencia de sabiduría por su piedad afectada, sus mortificaciones y su rigor con el cuerpo; pero sin valor alguno contra la insolencia de la carne. (Colosenses 2, 23)

  • La palabra de Cristo habite en vosotros con toda su riqueza; instruíos y amonestaos con toda sabiduría, cantad agradecidos, himnos y cánticos inspirados, (Colosenses 3, 16)

  • Esclavos, obedeced en todo a vuestros amos de este mundo, no porque os vean, como quien busca agradar a los hombres; sino con sencillez de corazón, en el temor del Señor. (Colosenses 3, 22)

  • Es cierta y digna de ser aceptada por todos esta afirmación: Cristo Jesús vino al mundo a salvar a los pecadores; y el primero de ellos soy yo. (I Timoteo 1, 15)

  • Y sin duda alguna, grande es el Misterio de la piedad: El ha sido manifestado en la carne, justificado en el Espíritu, visto de los Angeles, proclamado a los gentiles, creído en el mundo, levantado a la gloria. (I Timoteo 3, 16)

  • Porque nosotros no hemos traído nada al mundo y nada podemos llevarnos de él. (I Timoteo 6, 7)

  • y que desde niño conoces las Sagradas Letras, que pueden darte la sabiduría que lleva a la salvación mediante la fe en Cristo Jesús. (II Timoteo 3, 15)

  • porque me ha abandonado Demas por amor a este mundo y se ha marchado a Tesalónica; Crescente, a Galacia; Tito, a Dalmacia. (II Timoteo 4, 10)

  • Y nuevamente al introducir a su Primogénito en el mundo dice: Y adórenle todos los ángeles de Dios. (Hebreos 1, 6)

  • En efecto, Dios no sometió a los ángeles el mundo venidero del cual estamos hablando. (Hebreos 2, 5)

  • De hecho, hemos entrado en el descanso los que hemos creído, según está dicho: Por eso juré en mi cólera: ¡No entrarán en mi descanso! Y eso que las obras de Dios estaban terminadas desde la creación del mundo, (Hebreos 4, 3)


“Amemos ao próximo. Custa tão pouco querer bem ao outro.” São Padre Pio de Pietrelcina