Löydetty 464 Tulokset: templo de salomón
y estaban siempre en el Templo bendiciendo a Dios. (Lucas 24, 53)
Y encontró en el Templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas en sus puestos. (Juan 2, 14)
Haciendo un látigo con cuerdas, echó a todos fuera del Templo, con las ovejas y los bueyes; desparramó el dinero de los cambistas y les volcó las mesas; (Juan 2, 15)
Más tarde Jesús le encuentra en el Templo y le dice: «Mira, estás curado; no peques más, para que no te suceda algo peor.» (Juan 5, 14)
Mediada ya la fiesta, subió Jesús al Templo y se puso a enseñar. (Juan 7, 14)
Gritó, pues, Jesús, enseñando en el Templo y diciendo: «Me conocéis a mí y sabéis de dónde soy. Pero yo no he venido por mi cuenta; sino que verdaderamente me envía el que me envía; pero vosotros no le conocéis. (Juan 7, 28)
Pero de madrugada se presentó otra vez en el Templo, y todo el pueblo acudía a él. Entonces se sentó y se puso a enseñarles. (Juan 8, 2)
Estas palabras las pronunció en el Tesoro, mientras enseñaba en el Templo. Y nadie le prendió, porque aún no había llegado su hora. (Juan 8, 20)
Entonces tomaron piedras para tirárselas; pero Jesús se ocultó y salió del Templo. (Juan 8, 59)
Jesús se paseaba por el Templo, en el pórtico de Salomón. (Juan 10, 23)
Buscaban a Jesús y se decían unos a otros estando en el Templo: «¿Qué os parece? ¿Que no vendrá a la fiesta?» (Juan 11, 56)
Jesús le respondió: «He hablado abiertamente ante todo el mundo; he enseñado siempre en la sinagoga y en el Templo, donde se reúnen todos los judíos, y no he hablado nada a ocultas. (Juan 18, 20)