Löydetty 276 Tulokset: victoria de josué
Me hizo ver después al sumo sacerdote Josué, que estaba ante el ángel de Yahveh; a su derecha estaba el Satán para acusarle. (Zacarías 3, 1)
Estaba Josué vestido de ropas sucias, en pie delante del ángel. (Zacarías 3, 3)
Luego el ángel de Yahveh advirtió a Josué diciendo: (Zacarías 3, 6)
Escucha, pues, Josué, sumo sacerdote, tú y tus compañeros que se sientan en tu presencia - pues son hombres de presagio -: He aquí que yo voy a traer a mi siervo «Germen». (Zacarías 3, 8)
Y he aquí la piedra que yo pongo delante de Josué; en esta única piedra hay siete ojos; yo mismo grabaré su inscripción - oráculo de Yahveh Sebaot - y quitaré la culpa de esta tierra en un solo día. (Zacarías 3, 9)
tomas la plata y el oro, haces una corona, la pones en la cabeza del sumo sacerdote Josué, hijo de Yehosadaq, (Zacarías 6, 11)
La caña cascada no la quebrará, ni apagará la mecha humeante, hasta que lleve a la victoria el juicio: (Mateo 12, 20)
Nuestros padres que les sucedieron la recibieron y la introdujeron bajo el mando de Josué en el país ocupado por los gentiles, a los que Dios expulsó delante de nuestros padres, hasta los días de David, (Hechos 7, 45)
Y cuando este ser corruptible se revista de incorruptibilidad y este ser mortal se revista de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: La muerte ha sido devorada en la victoria. (I Corintios 15, 54)
¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? (I Corintios 15, 55)
Porque si Josué les hubiera proporcionado el descanso, no habría hablado Dios más tarde, de otro día. (Hebreos 4, 8)
pues todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo. Y lo que ha conseguido la victoria sobre el mundo es nuestra fe. (I Juan 5, 4)