Löydetty 772 Tulokset: vida eterna

  • Respondió Saúl: «He pecado. Vuelve, hijo mío, David, no te haré ya ningún mal, ya que mi vida ha sido hoy preciosa a tus ojos. Me he portado como un necio y estaba totalmente equivocado.» (I Samuel 26, 21)

  • De igual modo que tu vida ha sido hoy de gran precio a mis ojos, así será de gran precio la mía a los ojos de Yahveh, de suerte que me libere de toda angustia.» (I Samuel 26, 24)

  • Devastaba David la tierra y no dejaba con vida hombre ni mujer; se apoderaba de las ovejas y bueyes, asnos y camellos y vestidos, y se volvía para llevarlos a Akís. (I Samuel 27, 9)

  • David no dejaba llevar a Gat con vida hombres ni mujeres, pues decía: «No se que den aviso contra nosotros y digan: "Esto ha hecho David." «De esta forma se comportó David todo el tiempo que moró en territorio de filisteos. (I Samuel 27, 11)

  • La mujer le respondió: «Bien sabes lo que hizo Saúl, que suprimió de esta tierra a los nigromantes y adivinos. ¿Por qué tiendes un lazo a mi vida para hacerme morir?» (I Samuel 28, 9)

  • Acercóse la mujer donde Saúl, y viendo que estaba tan conturbado, le dijo: «Tu sierva ha escuchado tu voz y he puesto mi vida en peligro por obedecer las órdenes que me diste. (I Samuel 28, 21)

  • Me dijo: "Acércate a mí y mátame, porque me ha acometido un vértigo aunque tengo aún toda la vida en mí." (II Samuel 1, 9)

  • Saúl y Jonatán, amados y amables, ni en vida ni en muerte separados, más veloces que águilas, más fuertes que leones. (II Samuel 1, 23)

  • Batió también a los moabitas y los midió con la cuerda, haciendo que se echaran en tierra; midió dos cuerdas y los condenó a muerte, y una cuerda llena la dejó con vida. Los moabitas quedaron sometidos a David, pagando tributo. (II Samuel 8, 2)

  • Urías respondió a David: «El arca, Israel y Judá habitan en tiendas; Joab mi señor y los siervos de mi señor acampan en el suelo ¿y voy a entrar yo en mi casa para comer, beber y acostarme con mi mujer? ¡Por tu vida y la vida de tu alma, no haré tal!» (II Samuel 11, 11)

  • Y ahora se alza toda la familia contra tu sierva y dicen: "Entréganos al asesino de su hermano: le haremos morir por la vida de su hermano, al que mató, y haremos desaparecer también al heredero." Así van a extinguir el ascua que me queda y no dejarán a mi marido nombre ni superviviente en la tierra.» (II Samuel 14, 7)

  • Todos hemos de morir; como el algua que se derrama en tierra no se vuelva a recoger, así Dios no vuelve a conceder la vida. Que el rey elija medios para que el proscrito no siga alejado de él. (II Samuel 14, 14)


“Deve-se caminhar em nuvens cada vez que se termina uma confissão!” São Padre Pio de Pietrelcina