Löydetty 239 Tulokset: �estoy

  • Aquí estoy contra ti -dice el Señor omnipotente-; yo alzaré tus faldas hasta tu cara y mostraré a las naciones tu desnudez, a los reinos tu vergüenza. (Nahún 3, 5)

  • He oído, y estoy profundamente conmovido; a tu voz tiemblan mis labios; estoy completamente descompuesto, mis pasos vacilan al andar. Tranquilo espero el día de la angustia, que ha de caer sobre el pueblo que nos asalta. (Habacuc 3, 16)

  • Y Ageo, enviado del Señor, dirigió al pueblo este mensaje del Señor: "Yo estoy con vosotros, palabra del Señor". (Ageo 1, 13)

  • Pero ahora, ten ánimo, Zorobabel, dice el Señor; ten ánimo, Josué, hijo de Yehosadac, sumo sacerdote; ten ánimo, pueblo todo de la tierra, dice el Señor. Trabajad, porque yo estoy con vosotros, palabra del Señor todopoderoso. (Ageo 2, 4)

  • y estoy muy indignado contra las gentes que viven despreocupadamente; yo estaba un poco indignado, pero ellos han aumentado su maldad. (Zacarías 1, 15)

  • "Estoy enamorado de Sión con un amor lleno de celos, y una gran cólera se enciende en mí a favor suyo". (Zacarías 8, 2)

  • ¡Ojalá uno de vosotros cerrara las puertas del templo, para que no se encienda más inútilmente mi altar! No, no estoy contento con vosotros -dice el Señor todopoderoso- y no me agradan las ofrendas de vuestras manos. (Malaquías 1, 10)

  • Porque donde hay dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos". (Mateo 18, 20)

  • y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo". (Mateo 28, 20)

  • El ángel le contestó: "Yo soy Gabriel, que estoy delante de Dios, y he sido enviado a hablarte y darte esta buena noticia. (Lucas 1, 19)

  • Tengo que recibir un bautismo de dolores, y estoy angustiado hasta que se realice. (Lucas 12, 50)

  • En efecto, ¿quién es más grande, el que se sienta a la mesa o el que sirve? ¿No es el que se sienta a la mesa? Pues bien, yo estoy en medio de vosotros como el que sirve. (Lucas 22, 27)


“A cada vitória sobre o pecado corresponde um grau de glória eterna”. São Padre Pio de Pietrelcina