Löydetty 80 Tulokset: Árboles

  • traer además a los sacerdotes, a las salas del templo de nuestro Dios, las primicias de nuestra harina, de los frutos de toda clase de árboles, del vino y del aceite; y dar la décima parte de nuestras cosechas a los levitas -los levitas mismos lo recogerán en todas las ciudades de nuestra labranza-. (Nehemías 10, 38)

  • y se lo entregaba a los sacerdotes, descendientes de Aarón, para el altar. A los levitas, que prestan sus servicios en Jerusalén, les entregaba la décima parte del trigo, del vino y del aceite, de las granadas, de los higos y de los otros frutos de los árboles. Otra décima parte la hacía dinero y lo distribuía cada año en Jerusalén. (Tobías 1, 7)

  • que sonrían los campos con sus frutos, que griten de alegría los árboles del bosque (Salmos 96, 12)

  • Los árboles del Señor sacian su sed, y los cedros del Líbano que él había plantado. (Salmos 104, 16)

  • arrasó sus viñedos y sus higuerales, destrozó los árboles de toda la comarca. (Salmos 105, 33)

  • montañas y todas las colinas, árboles frutales y todos los cedros, (Salmos 148, 9)

  • De hoy en adelante renuncio para siempre al tercio de la cosecha y a la mitad de la de los árboles frutales que me pertenecen en la región de Judea y en los tres distritos anexionados de Samaría y Galilea; (I Macabeos 10, 30)

  • Les confirmamos la posesión de los territorios de Judea y de los tres distritos de Aferema, Lida y Ramatáyim. Son desmembrados de Samaría, pasando a Judea, junto con sus dependencias, en favor de todos los que van a ofrecer sacrificios en Jerusalén, y en lugar de los tributos que el rey percibía todos los años, hasta ahora, por los productos de la tierra y por los frutos de los árboles. (I Macabeos 11, 34)

  • Los habitantes cultivaban en paz sus propias tierras, la tierra producía sus cosechas y los árboles del campo daban frutos. (I Macabeos 14, 8)

  • me hice huertos y jardines, y planté en ellos árboles frutales de toda clase. (Eclesiastés 2, 5)

  • Ella: Como manzano entre árboles silvestres, así es mi amado entre los jóvenes. A su sombra apetecida estoy sentada, y su fruto me es dulce al paladar. (Cantar 2, 3)

  • nardo y azafrán, canela y cinamomo, con toda clase de árboles de incienso, mirra y áloe con los bálsamos más finos. (Cantar 4, 14)


“Quem te agita e te atormenta é o demônio.Quem te consola é Deus”! São Padre Pio de Pietrelcina