Löydetty 127 Tulokset: árbol del conocimiento

  • Supongamos que un leñador diestro sierra un árbol manejable, lo descorteza hábilmente y, empleando destreza y arte, fabrica un utensilio apto para las necesidades de la vida. (Sabiduría 13, 11)

  • No se contentaron con errar en el conocimiento de Dios, sino que, viviendo en el vasto conflicto que engendra la ignorancia, llamaron paz a tan grandes males. (Sabiduría 14, 22)

  • Devorarías tus hojas, harías caer tus frutos y quedarías como un árbol seco. (Eclesiástico 6, 3)

  • Como las hojas verdes de un árbol frondoso, que unas caen y otras brotan, así las generaciones humanas, unas mueren y otras nacen. (Eclesiástico 14, 18)

  • El fruto del árbol indica su cultivo, así la conversación de un hombre revela su corazón. (Eclesiástico 27, 6)

  • como rosa en días de primavera, como lirio junto al manantial y como brote del árbol del incienso en tiempo de verano; (Eclesiástico 50, 8)

  • Sobre él reposará el espíritu del Señor: espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de fuerza, espíritu de conocimiento y de temor del Señor. (Isaías 11, 2)

  • No harán ya mal, ni causarán más daño en todo mi monte santo, porque el país estará lleno del conocimiento del Señor, como las aguas llenan el mar. (Isaías 11, 9)

  • que sólo quedan rastrojos; o como cuando se varean las olivas; sólo dos o tres aceitunas en la copa, cuatro o cinco en las ramas del árbol -oráculo del Señor, Dios de Israel-. (Isaías 17, 6)

  • El extranjero que se entrega al Señor no diga: ¡Sin duda el Señor me excluirá de su pueblo! Ni diga el eunuco: "Yo no soy más que un árbol seco". (Isaías 56, 3)

  • Vosotros los que os enceláis junto a los terebintos, bajo todo árbol frondoso, inmolando niños en los torrentes, en las grietas de las rocas. (Isaías 57, 5)

  • Desde antiguo has quebrado tu yugo, has roto tus coyundas y has dicho: "No quiero servir". En efecto, sobre toda colina elevada, bajo todo árbol verde te has tumbado como una prostituta. (Jeremías 2, 20)


“Não sejamos mesquinhos com Deus que tanto nos enriquece.” São Padre Pio de Pietrelcina